_
_
_
_

Más del 25% de los acreedores de Argentina ha canjeado deuda en la primera semana

El Gobierno prevé que se cambie al menos la mitad de los 63.000 millones en bonos

Jorge Marirrodriga

La primera semana de plazo en el canje de la deuda argentina en suspensión de pagos -81.800 millones de dólares (unos 63.000 millones de euros)- se ha cerrado con luces y sombras. Según cifras provisionales, entre un 25% y un 30% de los acreedores ha aceptado la oferta. Pero es pronto para hacer un pronóstico sobre si el próximo 25 de febrero, cuando se cumpla el plazo definitivo, la operación habrá tenido éxito, entendiendo como tal bien el límite puesto por el Gobierno argentino -que un 50% de los acreedores acepte la oferta- o el apuntado por altos directivos del Fondo Monetario Internacional (FMI), es decir, que acepte el 75% de los acreedores.

Aunque no habrá cifras oficiales hasta el 4 de febrero, según fuentes del Ministerio de Economía durante la semana pasada se habría cubierto entre un 25% y un 30% de aceptación. En Argentina reside el 38% de los acreedores y un 20% lo forman Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), bancos y cajas, que han entrado en la operación tal y como estaba previsto. Por lo tanto se puede decir que la primera etapa se ha cubierto con éxito, al menos en el plano interno. Sin embargo, los planes del ministro de Economía, Roberto Lavagna, se están encontrando con dificultades en el exterior, donde muchos de los pequeños acreedores no se resignan a quitas en las cantidades que se les adeuda que pueden llegar al 60%.

La publicidad negativa puede ser determinante para el fracaso de la operación y eso ha llevado a acciones como la del secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, quien el pasado miércoles apareció en la televisión italiana para disculparse ante los acreedores italianos, muchos de ellos jubilados que han invertido sus ahorros en la deuda argentina y que ven como el reajuste económico les puede provocar cuantiosas pérdidas.

"En nombre del Gobierno argentino y de los argentinos quiero pedirles perdón a todos aquellos que se encuentran en este feo momento por haber invertido en bonos argentinos", afirmó Nielsen al tercer canal de la RAI en horario de máxima audiencia. A pesar de estas palabras, los 450.000 acreedores italianos siguen siendo un importante escollo y el problema amenaza con envenenar las privilegiadas relaciones diplomáticas entre ambos países. De hecho Nielsen permaneció hasta el viernes en suelo italiano tratando de tranquilizar a los acreedores.

Tampoco desde Alemania llegan buenas noticias. Asociaciones de acreedores, formadas por bancos y particulares -suman 1.200 millones de dólares-, han aconsejado rechazar por el momento la oferta de canje argentina, mientras desde Francia el secretario de Estado de Exteriores, Renaud Muselier, le ha pedido en persona al presidente argentino Néstor Kirchner -quien llegó el pasado miércoles a París en visita oficial- que Buenos Aires aplique "unas reglas del juego claras" en materia económica.

Los analistas económicos en Buenos Aires opinan que muchos bonistas privados no entrarán en el canje hasta última hora debido a dos razones. La primera es la irreversibilidad del canje; una vez realizada la operación no se puede dar marcha atrás. La segunda es que muchos ahorristas -y algunas entidades- esperan que en el caso de no cumplirse las expectativas, el Gobierno argentino modifique las condiciones y las mejore para convencer en el último momento a los indecisos.

Sin embargo, tanto el presidente Kirchner como el titular de Economía insisten casi a diario en que no va a haber más modificación y que la oferta que hay sobre la mesa es definitiva. Siguiendo esta línea, Lavagna ha denunciado la presión de movimientos especulativos de capital en torno al canje. "Ahora debemos dejar que hable el mercado", señaló.

Recuperación económica

En el plano positivo para las autoridades argentinas cabe destacar que el PIB creció en noviembre el 9,7% y que el crecimiento de 2004 se situará en torno al 9%, lo que corrobora la tesis de Kirchner de "salir de la deuda sin poner en peligro el crecimiento".

Además, la sentencia emitida el pasado miércoles por un tribunal de Venecia contra el Deutsche Bank porque no informó a sus clientes -una pareja de jubilados- de los riesgos que conllevaba comprar deuda argentina apoya la tesis de las autoridades argentinas de que también los bancos extranjeros son responsables del perjuicio causado a miles de pequeños ahorristas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_