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Entrevista:EDITH GROSSMAN | Traductora de 'El Quijote'

"Cervantes creó un idioma más flexible para expresar emociones"

Edith Grossman (Filadelfia, 1936), traductora de la última versión en inglés de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, ha vivido con pasión los dos años en los que ha estado encerrado en el siglo XVII. Traductora de autores latinoamericanos contemporáneos como Gabriel García Márquez, Alvaro Mutis o Mario Vargas Llosa asumió como un reto llevar las palabras de Cervantes al público anglosajón. Hoy, Don Quijote está en las listas de los libros más vendidos entre los lectores de lengua inglesa.

Pregunta. ¿Cuál es su visión de Don Quijote dos años después de haberlo traducido?

Respuesta. Me emociona mucho que un libro con 400 años a cuestas esté teniendo tanto éxito en Estados Unidos. Está habiendo muchas celebraciones, académicas y no académicas

"La intuición creativa de la traducción no puede enseñarse"
"Todo el mundo se siente algo Quijote y ve una realidad diferente a la del resto"

[recientemente habló sobre su traducción en un acto organizado por el Banco Interamericano y la Embajada de España]. El hecho de que la traducción tuviera éxito dos años antes del aniversario ayudó a preparar al público. Y ojalá sirva para que la gente lo vuelva a leer otra vez. Muchos lamentan la falta de lectores. Sin embargo, creo que hay un público que tiene hambre de obras artísticas sustanciales como El Quijote. Pero las editoriales no quieren darnos la comida que necesitamos. El éxito de El Quijote es una prueba de ello. Y no estoy diciendo que no haya buenos escritores en EE UU. Sobre la traducción, he de confesar que evito leer mis traducciones porque veo cosas que quiero mejorar.

P. ¿Cuál es la principal enseñanza que se puede sacar de la novela? ¿Y de Cervantes?

R. El milagro de Cervantes está en que fue capaz de definir las fronteras de la novela en Europa, como Petrarca hizo con la poesía moderna. Por eso Cervantes tiene una importancia suprema, no sólo por ser el primero, sino porque es uno de los mejores. Antes que él hubo prosa maravillosa, como El Lazarillo de Tormes. Pero en el desarrollo de los personajes y de la acción fue pionero.

P. ¿Cree que la obra va más allá de la cultura española?

R. Se aprende más de la cultura humana. Parte de la atracción de Don Quijote y de Sancho está en que se han convertido en figuras arquetipo. Hay ciertos rasgos en ellos que nos atraen y no importa si uno es español, ruso o estadounidense. Todo el mundo se siente alguna vez Quijote y piensa que ve una realidad diferente a la del resto, o que uno está loco por verla así. Además, está la amistad entrañable y el amor que sienten los dos personajes, cuando parecen ser tan diferentes. No hay que ser español para entenderlo.

P. La condición humana que muestra Cervantes en el libro y que rompe fronteras, ¿convierten a la obra en un mito?

R. En ese sentido sí. Hay cosas en la obra que son puramente españolas y de la época. Pero la crueldad de los duques, la bondad infinita de Don Quijote, son cosas que tienen una realidad en el pasado, en el presente y en el futuro.

P. ¿Se puede hacer una comparación entre Cervantes y Shakespeare?

R. Sí, a pesar de que escribieran en géneros distintos. Ambos engrandecieron sus idiomas. Shakespeare inventó una cantidad enorme de palabras. Cervantes creó un idioma más flexible con el que expresar emociones y experiencias.

P. ¿El Quijote es un libro para leerlo muchas veces?

R. Yo por lo menos lo leí diez veces como estudiante y profesora. Todo el mundo que aprecia la lectura debe leerlo. Es una experiencia maravillosa. Y como todo gran libro o gran obra de arte, para conocerla bien, hay que visitarla varias veces. Es como ir al teatro o a un museo. El Quijote es un libro que cambia con cada lectura. Leerlo para traducirlo fue una experiencia profunda.

P. ¿Qué partes le llegaron más?

R. Es difícil, porque hay muchos momentos de la obra que me gustan muchísimo. Me encantan los episodios de Maese Pedro y la Cueva de Montesinos. Y la muerte de Don Quijote es desgarradora. Aunque hay una escena al comienzo, cuando viaja en solitario y entra en una venta creyendo que es un castillo, que es divina. Confunde a las dos prostitutas que están en la puerta con damas del castillo y les habla en un idioma tan elevado y arcaico, y las pobres no entienden nada, es tan cómico.

P. ¿ Cómo se traduce al inglés un lenguaje como el escrito por Cervantes?

R. El paso al inglés siempre es difícil. Pero con la ayuda de Julián Ríos me di cuenta de que no tenía que escribir un inglés arcaico para traducir El Quijote, por el simple hecho de que Cervantes estaba escribiendo en un idioma absolutamente moderno para la época. Me olvidé por completo del lenguaje de Shakepeare e hice una traducción al inglés moderno, como el idioma que entonces escribía Cervantes.

P. ¿Cree que la traducción habría tenido el mismo éxito en un inglés arcaico?

R. Cuando traducía no pensaba en las ventas. Pensaba más bien en lo pesado que es tratar de replicar una lengua que ya no existe. Nadie usa hoy un inglés barroco como el de Shakespeare. Entonces, por qué convertir un libro que no es pesado en una obra que no refleja nada real al lector moderno.

P. Llama la atención la cantidad de notas explicativas que aparecen a pie de página.

R. Es la primera vez que las uso. Lo difícil de Cervantes no es tanto el idioma sino la serie de referencias históricas, literarias y mitológicas. Hoy, poca gente sabe de ellas. Por eso puse las notas, para explicar y clarificar, sobre todo en el caso de los romances, para que el lector no se pierda en un laberinto.

P. ¿Se necesita un cierto grado de madurez intelectual para leer El Quijote?

R. Es cierto que para un niño de 10 años puede ser mucho libro. Lo que se puede hacer es contar la historia y las aventuras de Don Quijote para que el niño se acostumbre a la novela y se sienta cómodo con los personajes. Entonces, con 17 años podrá leer el original con más facilidad. Se hizo con Shakespeare, con versiones en prosa para que pudieran leerlas los niños.

P. ¿Cuántos diccionarios utilizó al traducir El Quijote? ¿Se apoyó en alguna traducción?

R. Dependo mucho de ellos, monolingües y bilingües. Un amigo me mandó una copia de un diccionario inglés-español de 1623 que encontró en Holanda cuando era diplomático, y tenía definiciones que no había en otros diccionarios. También me ayudaron mucho las notas de Martín de Riquer. Sólo leí una traducción en inglés del libro cuando tenía 16 años. Aunque es cierto que en la segunda parte del trabajo consulté dos a modo de diccionario, cuando tuve dudas sobre una palabra en concreto, para ver qué habían hecho. Pero los traductores nunca estaban de acuerdo.

P. ¿Superada la prueba de El Quijote, la traducción es un arte, una ciencia o un oficio?

R. Una mezcla. La intuición creativa de la traducción no puede enseñarse. Si pueden aprenderse ciertas técnicas. En cuanto a la ciencia, reconozco que no entiendo nada de la teoría.

La traductora Edith Grossman, en Washington.
La traductora Edith Grossman, en Washington.
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