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El negocio de los columbarios se expande en las parroquias de Barcelona

Los cementerios públicos se enfrentan al auge de las incineraciones, que permiten depositar cenizas, a precios no siempre populares, en templos religiosos o en el Camp Nou

El Mausoleo Metropolitano, en la avenida Meridiana de Barcelona, cuenta con más de 11.500 columbarios y capacidad para 16.000 urnas cinerarias.
El Mausoleo Metropolitano, en la avenida Meridiana de Barcelona, cuenta con más de 11.500 columbarios y capacidad para 16.000 urnas cinerarias.Gianluca Battista
Alfonso L. Congostrina

Las incineraciones se consolidan por delante de los enterramientos. La suma de servicios funerarios de los nueve cementerios de la ciudad de Barcelona alcanzó en 2024 un nuevo récord a la baja del número de inhumaciones (enterramientos en tumbas o nichos), mientras que las incineraciones siguen al alza. El año pasado, el 58% de los servicios funerarios (8.054 difuntos) que se realizaron en los cementerios de la capital catalana fueron incineraciones frente al 42% de inhumaciones (5.797). Las incineraciones son, desde hace años, la opción preferida. Y se han convertido, también, en un nicho de negocio para empresas que ofrecen columbarios privados.

Cada vez hay más ejemplos de servicios fúnebres lejos de los cementerios. El RCD Espanyol ofrece a los pericos la posibilidad de pasar la eternidad en un espacio memorial dentro del estadio con capacidad para 808 urnas individuales o 70 familiares. Y en el futuro Camp Nou se construirá un espacio para 26.000 urnas (será uno de los columbarios más grandes de Cataluña). Además, ya son 17 iglesias barcelonesas las que disponen de columbarios para sus feligreses. Los cementerios se enfrentan a una competencia que es cada vez más feroz, que ofrece proximidad o espacios con vinculación emocional a precios que, sin embargo, no siempre se ajustan a todos los bolsillos.

El descenso de las inhumaciones ha sido constante desde 2007 en Barcelona. Aquel año solo el 37% de los servicios funerarios (6.407 casos) fueron incineraciones. La brecha se redujo progresivamente y la dinámica se invirtió en 2016, cuando las incineraciones (50,3% con 8.022 casos) superaron por primera vez a las inhumaciones (49,7% 7.782). Desde entonces, la distancia entre ambas opciones ha seguido ampliándose. Barcelona no es una excepción. Los ciudadanos de la mayoría de ciudades europeas prefieren la incineración a la inhumación.

Coincidiendo con el cambio de tendencia, en octubre de 2016 la Congregación para la Doctrina de la Fe —el órgano del Vaticano que se encarga de la doctrina católica— publicó una nueva instrucción del papa Francisco. La Santa Sede aconsejaba desde 1963 que los católicos fueran sepultados, pero ese nuevo texto permite optar por la la incineración. Un portavoz del Arzobispado de Barcelona asegura a EL PAÍS que el papa Francisco dio órdenes permitiendo la incineración sobre todo “cuando había razones de tipo sociales, económicas o higiénicas”.

El portavoz explica que las instrucciones del Santo Padre no dan vía libre a hacer cualquier cosa con las cenizas del difunto: “Se deben mantener en un lugar sagrado. Es decir, en un cementerio, iglesia o área destinada a esta finalidad”. El motivo es que los difuntos deben ser “objeto de oraciones y recuerdo por parte de la comunidad cristiana”. La iglesia no permite la conservación de cenizas en el domicilio ni la dispersión en el aire, tierra o agua para “evitar cualquier malentendido panteísta, naturalista y nihilista”. Esa instrucción se ha traducido en un negocio para las parroquias. Desde entonces 2016, hasta hoy, ya son 17 las iglesias de Barcelona que disponen de columbarios. Todos gestionados por el grupo Coral.

Mausoleo Metropolitano de Barcelona, ubicado bajo la parroquia Sant Joan Bosco.
Mausoleo Metropolitano de Barcelona, ubicado bajo la parroquia Sant Joan Bosco.Gianluca Battista

El primero de los columbarios se instaló en la iglesia de Sant Ramon de Penyafort, en plena Rambla de Catalunya. Santiago Prats, director comercial de Coral, defiende el proceso: “Nosotros llegamos a un acuerdo con el Arzobispado de Barcelona. Las parroquias que están interesadas en tener en sus instalaciones un columbario se ponen contacto con nosotros. Nos enseñan los posibles espacios y nosotros construimos el columbario y lo gestionamos y a cambio aportamos un dinero. Además, por cada urna que entra en el columbario la parroquia también recibe un porcentaje”. Prats señala que muchos feligreses prefieren depositar las cenizas de sus seres queridos en columbarios porque los cementerios “no siempre están cerca de casa”.

El director de cementerios de Barcelona, Miquel Trepat, reconoce que en muy pocos años el número de incineraciones podría superar el 70% de los servicios fúnebres de la capital catalana. “Desde cementerios de Barcelona hace años que aportamos diferentes opciones para aquellos que prefieren la incineración”, defiende. El objetivo inmediato de la empresa pública es crear jardines en los nueve cementerios (ahora solo algunos disponen de estas instalaciones) para que la ciudadanía pueda, gratuitamente, esparcir las cenizas de sus seres queridos. “También tenemos columbarios y la posibilidad de introducir urnas de cenizas dentro de nichos. Hay que adaptar los cementerios a las nuevas realidades: generar espacios abiertos, lugares de paseo, recogida, silencio…”, admite.

El director reconoce la competencia de las parroquias, pero asegura que la empresa pública tiene otros objetivos y que los cementerios también tienen la obligación de preservar y difundir el patrimonio artístico. “Hace unas semanas presentamos la maleta pedagógica del duelo. Propuestas y actividades para adolescentes de entre 13 y 18 años para abordar no solo la muerte sino los procesos de pérdida, las rupturas sentimentales, el éxodo de países…”. Trepat subraya que desde su empresa pública también se preocupan porque todos los “poderes adquisitivos” tengan su opción. En los columbarios de cementerios de Barcelona, las concesiones pueden ser de 15, 30 ó 50 años, con precios que oscilan entre los 967 y los 2.286 euros dependiendo del columbario elegido y los años contratados.

El pasado octubre, el grupo Coral inauguró el Mausoleo Metropolitano de Barcelona en el sótano de la parroquia Sant Joan Bosco en la avenida Meridiana. El espacio es enorme, con 11.500 columbarios y capacidad para 16.000 urnas. Laura González es su directora y reconoce que en pocos meses ya hay más de 200 columbarios ocupados. “La gente descubre que puede tener a sus seres queridos en un lugar diferente, cerca de sus domicilios y en un ambiente más acogedor”. El espacio presenta hasta cuatro zonas con precios muy diferenciados y tarifas incluso anuales. El precio oscila entre los 169 euros y los 606 al año. Se pueden realizar concesiones de hasta 50 años con precios que se aproximan a los 18.000 euros.

Introducción de una urna con cenizas en uno de los columbarios.
Introducción de una urna con cenizas en uno de los columbarios.Gianluca Battista

Quique Montoya es el arquitecto del Mausoleo y del futuro memorial del Camp Nou. “El diseño de este espacio se nutre de una necesidad y a la vez busca ser un refugio para la gente. Obedece a un ejercicio de empatía con las personas que han perdido un ser querido, está concebido pensando en generar un refugio para el recuerdo de aquellos que se han adelantado en la partida”, sostiene. Asegura que ha diseñado el Mausoleo Metropolitano como “un lugar para transitar la ausencia que representa el duelo por la pérdida y, a la vez, un recordatorio de la esperanza de una vida eterna”. Es un espacio para despedir y reencontrarse con la memoria. Por ese motivo, el Mausoleo no es oscuro sino que está lleno de luz, con representaciones de las estaciones del año, de lugares emblemáticos, edificios de Gaudí, olivos… Aquí las cenizas son depositadas en unas urnas de 13,50 de alto y ancho y 33 centímetros de profundidad e introducidas en los columbarios.

“El pasado octubre se murió mi marido. Tengo la urna en casa y de día no pasa nada pero por la noche me entra muchísimo miedo”. Así saludaba, el pasado miércoles, una anciana que buscaba ayuda en el Mausoleo. Tres cuartos de hora más tarde, ya había firmado la concesión de las cenizas que quedarán guardadas en el subterráneo de la parroquia de Sant Joan Bosco.

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