El Gobierno rechaza oír a ETA mientras "no se produzca el silencio de las armas"

El Gobierno sólo quiere escuchar "el silencio de las armas y de las bombas" por parte de ETA y la condena "muy explícita y rotunda" del terrorismo por parte de Batasuna. Ésta es la idea que de forma machacona y con distintas variantes utilizó ayer la vicepresidenta primera y portavoz del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, durante la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, en una actitud de prudencia y máxima cautela después de las expectativas creadas en los últimos días sobre posibles contactos del Gobierno con ETA y sobre una eventual tregua de la banda terrorista.

El Gobierno no está dispuesto a "escuchar" ni a ETA ni a Batasuna "mientras no se produzca el silencio de las armas y de las bombas". Así lo repitió ayer Fernández de la Vega al responder a distintas preguntas de periodistas, en la habitual rueda de prensa de los viernes tras el Consejo de Ministros. Flanqueada por los titulares de Defensa, José Bono, y de Vivienda, María Antonia Trujillo, que comparecieron ante los informadores para anunciar un plan de vivienda, la vicepresidenta negó que el Ejecutivo haya recibido cartas de la banda: "Ni ha recibido ninguna carta ni tiene ninguna interlocución con ETA".

Al responder a una pregunta sobre si el Consejo, en su reunión, había abordado la situación creada tras las declaraciones de Batasuna y las informaciones sobre posibles contactos con el entorno de ETA, la portavoz del Gobierno informó que el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, hizo ayer, durante la reunión ministerial un "breve informe", y repitió lo de "breve", en torno "a la situación política" tal y como es habitual, según aseguró.

Al pronunciarse sobre la posibilidad de que un grupo heredero de la ilegalizada Batasuna pueda concurrir a las próximas elecciones autonómicas en el País Vasco, Fernández de la Vega afirmó que "los escenarios no cambian en tanto no se produzcan pasos claros y definitivos" por parte de Batasuna y de ETA "de condena explícita del terrorismo", por lo que "no hay nada nuevo que decir".

"Con toda la inteligencia"

En otro momento, aunque sin aportar ningún dato, quiso dejar claro que la negativa a cualquier contacto "no significa que este Gobierno no esté trabajando por la esperanza con todos los instrumentos y con toda la inteligencia. Creo que tenemos las dos cosas", apostilló.

En esa misma línea de prudencia, con clara intención de pasar página, el presidente Rodríguez Zapatero eludió ayer hablar sobre ETA en su intervención en Magaz de Pisuerga (Palencia). Zapatero vinculó el sí a la Constitución europea con la menor presencia del terrorismo. "Una Europa que se ensancha supone la reducción del terrorismo. Cuanto más unida esté Europa, habrá menos terrorismo, menos posiciones egoístas y excluyentes que atentan contra la convivencia". Ésta fue la única alusión que hizo al terrorismo. Tampoco los ministros del Interior, José Antonio Alonso, ni de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, quisieron hacer declaraciones sobre los recientes acontecimientos, en torno a ese reto. Fuentes gubernamentales informan de que se ha decidido enfriar el debate suscitado por la intervención del presidente en San Sebastián hace una semana.

El coche bomba que ETA colocó en Getxo (Vizcaya) el pasado martes ha sido el detonante final para que el Gobierno decida no volver a hablar sobre esta cuestión. "Si se habla de ETA siempre existe el riesgo de que esta banda haga oír su voz como sólo sabe hacerlo: con atentados", manifestaron las mismas fuentes gubernamentales.