Rajoy: "Dialogar con ETA o con Ibarretxe es prostituir el diálogo"

El PP es rotundamente contrario a cualquier tipo de diálogo con ETA para acabar con su violencia. Y también se opone a hablar con el PNV mientras no retire el plan Ibarretxe. Así se lo dijo ayer Mariano Rajoy a unos 600 parlamentarios populares de las asambleas autonómicas, nacional y europea reunidos en Pontevedra. El presidente del PP denostó la "política de enjuagues" del Gobierno para contentar a "sus compañeros de viaje"; es decir, a IU y ERC.

"Dialogar con quien quiere imponer, con quien juega con ventaja, con quien incumple los acuerdos y no cumple la ley es prostituir el diálogo y es una enorme injusticia en democracia", proclamó Rajoy ante sus parlamentarios.

El líder popular descalificó tanto un hipotético contacto con ETA como la entrevista ya celebrada entre Zapatero y el lehendakari. "Con ETA no hay nada que negociar ni que dialogar para que deje de matar", proclamó. A renglón seguido, apostilló: "Ibarretxe tiene que jugar limpio, no hacer trampas, y cumplir su palabra y sus compromisos".

Se refería, según fuentes del PP, a que éste se comprometió a no apoyarse en los votos Batasuna y su plan fue aprobado en el Parlamento vasco con tres votos de la formación ilegalizada.

Al equiparar el diálogo con ETA y con el lehendakari, Rajoy se alejó de la posición del PSOE, pese al acuerdo alcanzado la semana pasada en La Moncloa con Rodríguez Zapatero. "Cuidado con eso del diálogo", advirtió ayer al Gobierno, "porque diálogo es una palabra muy bonita y muy bien acogida entre la gente. El problema es que, a veces, el diálogo y su utilización puede llegar a ser una gran injusticia".

El presidente del PP ilustró su advertencia con dos ejemplos: "ETA mata y luego pide diálogo, pues lo que hay que decirle es que deje de matar"; y "Ibarretxe habla de diálogo pero rompe el estatuto de Gernika, pues hay que decirle que si quiere dialogar tiene que retirar su plan ya que nadie puede sacar ventaja de romper acuerdos y ser desleal".

Ante los rumores de una próxima negociación con ETA, subrayó que "no se deben generar falsas expectativas, sino transmitir a los terroristas que sólo tienen una salida: dejar de ser terroristas". Aunque dejó abierta una puerta: "Que dejen de matar y luego ya veremos".

Rajoy insistió en que "con ETA se ha intentado casi todo y ahora está debilitada porque se han utilizado contra ella todos los instrumentos del Estado de derecho, con el apoyo de los ciudadanos y gracias a un pacto entre los dos grandes partidos".

En esa línea, se felicitó de que la Audiencia Nacional revise los beneficios penitenciarios de los etarras y pidió al fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, que analice las declaraciones del portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, por si ha incurrido en apología del terrorismo.

Pese a marcar distancias, Rajoy insistió ante los parlamentarios de su partido en el carácter desinteresado del pacto que propuso a Zapatero. Le ofreció, según dijo, su "ayuda sincera, seria y necesaria" para que no dependa de sus socios en la defensa de la unidad de España. "Entiendo que el Gobierno haga política de enjuagues para salir del paso, porque no tiene buenos compañeros de viaje", afirmó.