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Reportaje:DECLARACIONES DE LOS RESPONSABLES DE LA ESA Y LA NASA | EXPLORACIÓN ESPACIAL

"Es el gran descenso a lo desconocido"

Los grandes planetas exteriores del Sistema Solar, como Saturno, atraen poderosamente la atención de los científicos, y el éxito de Cassini-Huygens es la oportunidad de renovar los planes a largo plazo para la exploración espacial. No en vano, como recordaba ayer en Darmstadt David Southwood, director científico de la Agencia Europea del Espacio (ESA), esta misión a Saturno y Titán surgió del entusiasmo derivado del viaje de las naves automáticas Voyager de la NASA a los planetas más alejados del Sol, a principios de los ochenta. "Recuerdo que la primera reunión de trabajo fue en junio de 1982, han pasado 22 años hasta ver nuestra Huygens en Titán", contaba Southwood, mientras se desarrollaba a 1.200 millones de kilómetros, lo que llamó "el gran descenso a lo desconocido".

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¿Y ahora que? "Mi elección sería sin duda volver a Júpiter, estudiar el sistema joviano", afirmo Southwood. "Las lunas de Júpiter son tan exóticas como las de Saturno". En cuanto a descender en otro cuerpo, la elección obvia sería, para él, Europa, satélite de Júpiter, pero como este cuerpo no tiene atmósfera como Titán, la estrategia de exploración y llegada de una misión allí sería muy diferente de Huygens.

"Desde luego, lo que no se puede hacer es estar obsesionado exclusivamente con Marte", declaró el director científico de la ESA, aunque su investigación sea tremendamente importante y allí pueda tal vez encontrarse algún indicio de vida, "porque no se trata sólo de encontrar un vestigio de ella [vida], sino de desvelar y comprender toda la receta del universo desde el Big Bang inicial, que es muy compleja; con la obsesión de Marte se puede estar perdiendo toda la historia del cosmos".

Pero éstas son perspectivas a largo plazo. De momento, la ESA no está desarrollando ninguna misión a los planetas exteriores. "Nuestro próximo objetivo es Venus, con el lanzamiento de Venus Express a finales de este año", recordó Jean-Jackes Dordain, director general de la ESA. "Después vendrá Beppi-Colombo, a Mercurio, la nave Rosetta va a la caza de un cometa, y por supuesto tenemos la exploración de la Luna", dijo. Aunque en Titán no haya vida -hace demasiado frío y no hay oxígeno- puede proporcionar información preciosa por su probable paralelismo a las condiciones en la Tierra hace miles de millones de años, cuando aquí aún no había surgido la actividad biológica. "La vida pudo surgir aquí en condiciones similares a las actuales de Titán", explicó Southwood.

Por ello, el director científico de la NASA, Alphonso V. Díaz, calificó esa luna de Saturno como "máquina del tiempo". "Es la única luna del Sistema Solar con una atmósfera densa, más densa que la de la Tierra". Tanto tiempo ha tardado en desarrollarse esta misión y en viajar hasta Saturno que los que fueron los científicos que hace 20 años empezaron a soñar con ella y a diseñar los instrumentos científicos que van a bordo, hoy ocupan altos cargos de responsabilidad en las propias agencias espaciales. Díaz, recordó, ha hecho gran parte de su carrera científica trabajando en Cassini; Southwood ha sido el investigador principal del magnetómetro de la misma nave hasta hace poco, y Charles Elachi, director del laboratorio JPL responsable de esta misión para la NASA, es el jefe del radar de la nave.

Huygens es la primera misión de la ESA en los planetas exteriores del Sistema Solar, y una aventura muy arriesgada. "Hay que asumir riesgos si quieres lograr algo", recordaba Wouthwood ayer, cuando apenas se habían recibido las primeras señales positivas del desarrollo del descenso por la atmósfera en Titán, pero aún ninguna información científica. "Si no se hubiera aceptado el riesgo en el caso de Cristóbal Colón, la reina Isabel se habría ahorrado un montón de dinero, pero no habría descubierto América".

Imágen de la superficie de Titán obtenida durante la aproximación de la nave <i>Cassini</i> el 25 de octubre de 2004.
Imágen de la superficie de Titán obtenida durante la aproximación de la nave Cassini el 25 de octubre de 2004.REUTERS
Desde la derecha, Lebreton y Dourdain (ESA), Díaz (NASA), E. Bulmahn, ministra alemana de Investigación, y Southwood (ESA).
Desde la derecha, Lebreton y Dourdain (ESA), Díaz (NASA), E. Bulmahn, ministra alemana de Investigación, y Southwood (ESA).EFE

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