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Reportaje:

Los jubilados rusos se rebelan

La supresión de las ventajas sociales ha recortado el nivel de vida de los pensionistas

Las protestas por la reforma social que acaba de entrar en vigor y que contempla que los servicios antes gratuitos para ciertos grupos de la población sean reemplazados por compensaciones en dinero, continuaron ayer por quinto día consecutivo en diversas ciudades de Rusia. Se trata de los primeros mítines masivos desde los tiempos de las manifestaciones de los mineros en 1998. Pero esta vez los protagonistas son los jubilados, uno de los grupos más pobres de la población rusa. La pérdida de las ventajas sociales es un nuevo golpe para los más desposeídos, cuya situación el año pasado continuó empeorando: baste decir que el coste de la cesta de la compra para los pobres subió en el 2004 en un 13,5%.

Los manifestantes exigen transporte gratis y mantener las rebajas en la luz

Cientos de jubilados bloquearon ayer calles en San Petesburgo, Penza y otras ciudades rusas, y anteayer bloquearon el tránsito en la carretera Volokolámskoye, a la salida oeste de Moscú. Lo mismo ocurrió en Izhevsk, capital de Mordovia. El lunes, los pensionados de Jimki, en los alrededores de Moscú, cortaron la carretera que une la capital rusa con el principal aeropuerto internacional.

Las manifestaciones espontáneas son principalmente de jubilados que de pronto se han visto obligados a pagar el transporte, que hasta diciembre era gratuito. Verdad es que Moscú ha encontrado recursos para mantener gratis el transporte a los pensionistas, pero la mayoría de las ciudades no tiene medios suficientes para ello y dan compensaciones en dinero por ese servicio antes gratuito. El problema es que éstas las fijan las autoridades locales y en muchos casos son insuficientes.

Los que en peores condiciones se han visto son los que viven en las proximidades de Moscú, ya que muchos jubilados consiguen trabajillos en la capital para compensar sus míseras pensiones. Es el caso de los de Jimki, pueblo que de hecho ya forma parte de Moscú ciudad pero que pertenece a la provincia. De ahí que ahora esos jubilados deban pagar por el transporte capitalino, con el agravante de que en Moscú cuesta más caro que en las localidades de las que vienen.

Un caso típico es el de Ludmila, una jubilada de Klin que antes podía viajar gratis en los trenes de cercanías. Ahora ya no y como compensación por todas las prestaciones que recibía, incluido los remedios que necesita, le han dado 800 rublos (unos 21 euros). Ludmila tiene a su hija en Moscú y hace las siguientes cuentas: "Tren, 75 rublos; autobús, 11; metro, 13; total 200 rublos ida y vuelta, es decir, me alcanza para cuatro viajes a casa de mi hija, y eso sin comprar medicinas. ¿Cómo voy a vivir así?".

Grandes colas se han formado para poner entrar en el metro, ya que comprueban si los jubilados son moscovitas y obligan a pagar a quienes no lo son. Ha habido casos en que los pasajeros han salido en defensa de los pensionistas y han agredido a los controladores.

Las exigencias de los manifestantes son las mismas en todas partes: transporte gratis y mantener las rebajas en los pagos de agua, luz, calefacción y teléfono de que gozaban antes de que entrara en vigor la reforma, que atañe a 35 millones de habitantes.

El descontento está golpeando al Gobierno y al presidente Vladímir Putin. "¡Que pruebe a vivir con nuestras pensiones!"; "Ladrones, devuélvanos nuestras ventajas sociales!", se podía leer en las pancartas de los manifestantes que cortaron la carretera al aeropuerto. La fiscalía ha abierto por los menos siete causascontra los activistas.

Las protestas se producen en un momento de crisis de la sociedad, marcada por un aumento considerable de los ánimos pesimistas sobre el futuro del país. Así, según un sondeo realizado el mes pasado por ROMIR Monitoring, un 49% considera que lo que está ocurriendo en Rusia conduce a un callejón sin salida (contra un 29% un año antes).

Policías antidisturbios moscovitas apartan a pensionistas que bloquean la circulación en la calle Leningrado, en protesta por la reforma social.
Policías antidisturbios moscovitas apartan a pensionistas que bloquean la circulación en la calle Leningrado, en protesta por la reforma social.EFE

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