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CÁMARA OCULTA | ESTRENOS | 'Temporada de patos'
Columna
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Cenando con globos

Pasado mañana, al final de una no cena, se darán a conocer en el hotel Beverly Hilton de Los Ángeles los preciados Globos de Oro, que desde hace 60 años entrega la Asociación de Críticos Extranjeros. Que la cena sea falsa se debe a que se celebra a hora bastante peregrina, nada menos que a las tres de la tarde, es decir, cuando los comensales apenas han podido digerir el tardío desayuno de domingo.

Pero no les importa. Incluso un par de horas antes, a pleno día, los invitados han ido desfilando por la inevitable alfombra roja; después se han ido sentando dócilmente en el suntuoso comedor del hotel frente a un escenario rodeado de cámaras, y exactamente a la hora prevista, los camareros han comenzado a servirles esos platos tan poco apetecibles de los banquetes americanos. Todos los invitados se han vestido de tiros largos, ellos con esmoquin y ellas con suntuosos vestidos de noche, y fingen que están en una cena de gala. A esa misma hora, en la costa Este, donde se vive con ocho horas de adelanto, se está cenando de verdad, de modo que en Nueva York, las familias ante la tele están viendo en directo a los famosos vestidos con sus mejores galas para una cena que saben que es falsa pero que les hace sentirse partícipes de la fiesta.

Durante esa cena, que en realidad es un almuerzo tardío, algunos ilustres comensales van al baño como los demás mortales, y puede uno toparse en el mingitorio de al lado con los mismísimos Al Pacino in person, Samuel L. Jackson o Tim Robbins, que este año van a intervenir en la gala como presentadores. Las señoras pueden toparse en sus aseos con las presentadoras Patricia Arquette, Halle Berry, Diane Keaton, Meryl Streep, Charlize Theron, Naomi Watts, Renee Zellweger... Es decir, tal como suele ocurrir en la ceremonia de los Goya... Pero con otro tipo de casting.

Hasta hace poco tiempo incluso había un refugio para fumadores donde se podía uno encontrar a Antonio Banderas y Brad Pitt, o a Salma Hayek ofreciendo un pitillo a Melanie Griffith, Gwyneth Paltrow o Susan Sarandon... Aquel habitáculo dio paso luego a una estrecha terraza, y es de suponer que este año ni eso.

Es tras el postre cuando comienza la larga entrega de premios a lo mejor del año en el cine y en la tele. Sólo se conoce con antelación uno de esos globos: el dedicado "a toda una vida", que este año recibirá el actor Robin Williams. Los demás globos sorpresa se irán desgranando a lo largo de tres o cuatro horas (¿Bardem? ¿Mar adentro?...), siendo cada uno de ellos noticia inmediata a través de la televisión en 150 países, según asegura el presidente de la Asociación de críticos extranjeros, el italiano Lorenzo Soria. Lo que nadie dice es si en esos países estarán cenando, almorzando o haciendo ayuno. (En España, Canal + va a retransmitir esta ceremonia por primera vez, cuando estemos ya cenados: a la una de la madrugada). Sea como fuere, en Los Ángeles, los más grandes nombres de Hollywood están disfrazados y adornados para una cena que no es tal.

Al acabar la ceremonia, las productoras organizan diversas fiestas en ese mismo hotel o en otros cercanos. Según va avanzando el día se llega realmente a la hora de la cena. Es entonces cuando se ve al Hollywood exquisito lanzarse como una fiera sobre cualquier canapé. Son como niños.

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