Zapatero reiterará hoy a Ibarretxe su rechazo a una negociación entre Gobiernos

José Luis Rodríguez Zapatero rechazará hoy en su reunión con Juan José Ibarretxe una negociación "de Gobierno a Gobierno" sobre su plan soberanista, le pedirá que lo retire y le anunciará que impedirá un referéndum sobre ese proyecto si lo convoca ilegalmente. La reunión, que se celebrará en La Moncloa a petición del lehendakari tras la aprobación de su propuesta por el Parlamento vasco el 30 de diciembre, también servirá al presidente del Gobierno para "recabar información" sobre los planes de Ibarretxe, que expondrá al día siguiente en su encuentro con el presidente del PP, Mariano Rajoy.

El presidente del Gobierno ha hecho caso omiso de las presiones del PP para que no reciba a Ibarretxe en La Moncloa, siguiendo la pauta de lo que ayer hizo este partido en el País Vasco al negarse a acudir a la ronda convocada por el lehendakari en el Palacio de Ajuria Enea. "Zapatero mantiene que hay que respetar el trato institucional y separarlo del trato partidista, e Ibarretxe es el presidente elegido por la mayoría de los vascos. Por eso recibe a Ibarretxe. Es una norma de conducta política que el presidente ha defendido siempre", señalaban ayer fuentes gubernamentales.

Pero, además, Zapatero piensa que el encuentro de hoy es "importante" y tratará de agotar todas las posibilidades de persuadir a Ibarretxe para que retire el proyecto. "La entrevista no será un mero trámite. Probablemente será larga. El presidente se ha documentado muy bien para responder al lehendakari", añadían fuentes gubernamentales.

El presidente del Gobierno apelará a la "razón democrática" para intentar persuadir al jefe del Ejecutivo vasco de que retire su propuesta y también a la tradición histórica democrática del PNV, que alcanzó su punto culminante en la Guerra Civil en que se puso de parte de los leales a la República, para que respete la legalidad. Zapatero intentará demostrar a Ibarretxe que su plan incumple el procedimiento legal de reforma estatutaria diseñado por el vigente Estatuto de Gernika y que plantea, además, una reforma constitucional, camuflada como reforma estatutaria.

También tratará de convencerle de que su plan "divide a la sociedad vasca y es malo para la convivencia" al no haber logrado el apoyo de la representación de la mitad no nacionalista de los vascos y que, además, entra en contradicción con el proyecto de la Unión Europea, cuando quien lo propicia es, contradictoriamente, un partido de fuerte tradición europeísta, como el PNV. Previsiblemente recordará, como referencia positiva, el modelo de reforma estatutaria que los partidos catalanes siguen en su comunidad, con la creación de una ponencia parlamentaria en la que están representadas todas las fuerzas políticas.

El presidente expondrá a Ibarretxe, también, el procedimiento que va a utilizar el Ejecutivo para rechazar su plan, la vía parlamentaria, con el debate del texto y su votación en el Congreso, previsiblemente en marzo, una vez que la Mesa de la Cámara baja le dé luz verde este mes.

Pero Zapatero también pretende que el presidente vasco le explique sus proyectos, una vez que el Congreso de los Diputados rechace su plan dentro de dos meses, que precise en qué consiste la apelación que tanto él como el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, han hecho de convocar una consulta popular si las Cortes rechazan su proyecto.

En este sentido, el jefe del Ejecutivo pretende explorar, asimismo, si tras la aprobación del plan gracias a tres votos de la ilegalizada Batasuna, que según el propio Ibarretxe, le cogió de sorpresa, existe la más mínima posibilidad de rectificación.

El presidente tampoco eludirá, si Ibarretxe persiste en mantener su plan aunque lo rechacen las Cortes españolas, anunciarle medidas jurídicas frente al mismo. El Gobierno ya ha adelantado que si el lehendakari lo mantiene, una vez que sea votado en contra, recurrirá, previsiblemente, ante el Tribunal Constitucional. También ha adelantado que impedirá que Ibarretxe convoque un referéndum ilegal. Para ello, el Ministerio de Justicia dispone de un estudio sobre las posibilidades legales de respuesta que otorga el artículo 155 de la Constitución y que "no tienen por qué consistir en la suspensión de la autonomía vasca", pues "esta medida perjudicaría al conjunto de los ciudadanos vascos, que no son responsables de las decisiones de su Gobierno".

El secretario de política institucional del PSOE, Alfonso Perales, tras reunirse con sus homólogos socialistas en las comunidades autónomas, resaltó ayer que "la mayoría de los diputados vascos que rechacen el plan Ibarretxe en el Congreso serán constitucionalistas". Aludió a que frente a los ocho diputados nacionalistas, siete del PNV y uno de Eusko Alkartasuna (EA), habrá 11 votos de diputados socialistas y del PP. Perales dijo también "no haber perdido la esperanza de que el sentido común se imponga en el Gobierno vasco" e "Ibarretxe acabe retirando su plan soberanista".