El líder del PSE ve cerrazón en el 'lehendakari' y califica la entrevista de "choque de visiones"

La entrevista de ayer entre el lehendakari, Juan José Ibarretxe, y el líder de los socialistas vascos, Patxi López, resultó la más tensa de cuantas han mantenido ambos en los últimos tiempos. López encontró "mucha cerrazón" en Ibarretxe, calificó el encuentro como "choque de visiones" y se mostró escéptico sobre la posibilidad de que la entrevista de hoy entre el lehendakari y el presidente del Gobierno arroje algún resultado: "Viendo lo de hoy, puede ser una especie de calco", aventuró. López insistió a Ibarretxe en que su problema es ampliar el consenso en Euskadi antes de buscar negociaciones fuera.

"Ha sido una conversación franca y políticamente tensa en ocasiones", explicó ayer Patxi López nada más acabar su entrevista de hora y cuarto con Ibarretxe en Ajuria Enea. En realidad, según señalaron luego fuentes socialistas conocedoras del desarrollo de la conversación, resultó la más tensa de las que han tenido desde que López asumió el liderazgo del socialismo vasco, en 2002. El líder del PSE-EE, que habló con el presidente del Gobierno antes y después de dialogar con Ibarretxe, transmitió a su partido que encontró al lehendakari "más cerrado que nunca".

López admitió en su comparecencia posterior ante los periodistas que en el encuentro se produjo "un choque de visiones" y dijo haber visto "mucha cerrazón" en el lehendakari, al que el líder socialista se esforzó en transmitir su idea de que a su proyecto le falta consenso en el propio País Vasco y que ésa será la causa de su fracaso en el debate en el Congreso. "Él insiste en que se abre ahora la etapa de la negociación en Madrid y nosotros le decimos que aún está pendiente la negociación en Euskadi. Si Ibarretxe no la abre, lo haremos los socialistas después de las elecciones y nos sentaremos para buscar una reforma consensuada del Estatuto", anunció.

El secretario general del PSE-EE y candidato a lehendakari transmitió a Ibarretxe la gravedad que a su juicio alberga la sustitución del amplio consenso estatutario de 1979, concebido como un triple pacto, entre los vascos, entre las tres provincias que lo firmaron y entre Euskadi y el resto de España, por un proyecto que sólo tiene el apoyo de los grupos de su Gobierno y de Batasuna.

El lehendakari, por su parte, se hizo fuerte en la mayoría absoluta obtenida en la votación del Parlamento vasco y en que es esa mayoría la única que exige el propio Estatuto de Gernika en la previsión para su reforma, contenida en el artículo 46. Ibarretxe rechazó igualmente el reproche del líder socialista por la utilización de los votos de Batasuna y argumentó que también el grupo socialista ha coincidido con los radicales para rechazar proyectos del Ejecutivo vasco.

Ibarretxe reiteró también al líder socialista su advertencia, ya efectuada en público, de que no aceptará la negativa del Congreso al proyecto y de que si las Cortes intentan poner su voluntad por encima de la del Parlamento vasco el conflicto no tendrá solución y se producirá un desastre político. También le revalidó su intención de celebrar una consulta en caso de rechazo y su convencimiento de que la ganará.

López defendió en la conversación la legitimidad del rechazo por el Congreso de los Diputados, puesto que su intervención está prevista en el procedimiento legal, y reprochó a Ibarretxe que anuncie que no aceptará que se devuelva el texto al Parlamento vasco para ampliar el consenso y que recurrirá a consultar a la sociedad vasca sobre el desacuerdo entre ambas cámaras. Sobre esa consulta, el dirigente socialista recordó que Ibarretxe "no tiene capacidad ni competencia legal para hacerla". "Sólo sería un nuevo elemento de confrontación y división, de las que ya estamos bastante hartos los vascos y vascas", afirmó. López dio por hecho que Ibarretxe "se pondrá la cortina de humo de Madrid". "Querrá hacer ver que el enemigo está fuera, pero la confrontación y la división están aquí", concluyó.