11.000 kilómetros, 29 horas de vuelo

"Aquí os quiero ver a todos de vuelta sanos y salvos, con el orgullo de haber cumplido una misión extraordinaria". El ministro de Defensa, José Bono, acudió ayer a la base aérea de Getafe (Madrid) para despedir a la avanzadilla de la Operación Respuesta Solidaria, puesta en marcha por las Fuerzas Armadas para auxiliar a las víctimas del maremoto del 26 de diciembre.

Bono saludó uno por uno a los 85 militares, formados en la pista ante los cinco aviones de transporte (tres C-235 y dos Hércules C-130). Cuatro de ellos despegaron de forma sucesiva a partir de las 17.30, pero el último se retrasó más de una hora debido a problemas técnicos.

Por delante, un viaje de más de 11.000 kilómetros, con 29 horas de vuelo y cinco escalas, en el caso de los C-235, con menos autonomía, cuya llegada a Medán (Indonesia), está prevista para las 17.30 del jueves, hora local.

Los dos Hércules regresarán a España tras dejar su cargamento (una depuradora con capacidad para 8.000 litros por hora y 18 toneladas de medicinas, alimentos y agua embotellada); mientras que los tres C-235 se quedarán en Medán para distribuir ayuda por el norte de la isla de Sumatra, arrasada por la catástrofe.

La mayoría de los militares (pertenecientes al Ala 35, basada en Getafe, y a la Escuadrilla de Apoyo al Despliegue Aéreo, de Zaragoza) se enteraron de su partida el pasado sábado, con tiempo apenas para someterse a una panoplia de vacunas (tétanos, hepatitis y meningitis, entre otras) e iniciar un tratamiento preventivo de paludismo. Las enfermedades y los accidentes son los mayores riesgos de la operación, en opinión de los expertos militares, que consideran "prácticamente nula" la posibilidad de un enfrentamiento con la guerrilla separatista de la provincia de Aceh. De hecho, los militares españoles sólo están autorizados a llevar armas cortas para su autodefensa, según un acuerdo que se negocia con las autoridades indonesias.

"Tened cuidado, la zona tiene los riesgos que os han dicho y no hay que asumir gratuitamente ninguno", advirtió el ministro.

Bono entregó una bandera de España al teniente coronel Luis Gómez Villamón, que en noviembre regresó de Kabul (Afganistán) y mandará el contingente español hasta que, el 2 o 3 de febrero, llegue al puerto de Meulaboh, al noroeste de Sumatra, el buque de asalto anfibio Galicia. Éste zarpará mañana de Rota (Cádiz) hacia Alicante, desde donde partirá el próximo sábado tras embarcar una unidad de Ingenieros del Ejército de Tierra, formada por 214 efectivos y dotada con vehículos especiales para la reparación de infraestructuras y la realización de trabajos de limpieza y desescombro; así como un puente de 42 metros. Además, trasladará a la zona un equipo quirúrgico embarcado y tres equipos médicos desplegables, así como dos helicópteros AB-212.

En total, participarán 594 militares en la operación (el máximo autorizado es de 650), cuya duración se estima en seis semanas, a partir de la llegada del Galicia, con un coste ampliable de 7,8 millones de euros, frente a los 6,5 estimados al principio.

"Muchos españoles, al ver la calamidad desde sus casas, quisieran hacer algo para remediarlo y vosotros vais a hacerlo en su nombre. Muchas gracias por ello", les dijo el ministro a los militares.