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Luis Gordillo muestra sus obsesiones ante la imagen y su reflejo

La Fundación Juan March presenta en Palma el montaje de 'Dúplex', con 57 obras

Pintar no es un pasatiempo estético, es enfrentarse con uno mismo, y la obra es una amalgama de hechos dispersos que pertenecen a un todo con sus rupturas. El pintor Luis Gordillo (Sevilla, 1934) razonó así ayer en Palma de Mallorca su exposición en el Museo de Arte Español Contemporáneo de la Fundación Juan March, titulada Gordillo: Dúplex (hasta el 26 de marzo). "Tengo una obsesión muy clara por ordenarme yo; nací muy informe (e informalista) y desordenado. Necesito organizarme, estructurarme y controlarme para saber quién soy yo. Ésta es la base de la muestra Dúplex".

Su reto es mantenerse "vivo" con "un arte joven" para negar los anatemas de los teóricos de bienales que ignoran la pintura porque la ven "demodé, conservadora hasta reaccionaria y muerta". El artista citó "el estadio del espejo" del gestor del psicoanálisis freudiano, Jacques Lacan; no en vano, él "jugó al tenis" desde 1963 con "el otro", en "el estudio de espejo", con los interlocutores del diván. En la secuencia de 57 obras gestadas en los últimos cuarenta años, domina un solo argumento: la imagen y su doble, el reflejo. "El paso del tiempo en estas muestras retrospectivas turba la mente. Las pinturas siguen cambiando con el tiempo en mi pequeña historia personal".

Al reencontrarse con su universo anterior, manifestó que ante las piezas de su pasado se desdibuja el concepto de que la obra de los años setenta era "trágica, dramática y expresionista, con contenidos tremebundos en los que yo me deshacía con problemas interiores. Ahora no me encaja en esta estructura, que otros ven irónica e humorística".

Luis Gordillo resaltó "un cierto sentido cachondo del humorismo" en su plástica centrada "en el hombre medio sometido a las tensiones de la sociedad de consumo". Explicó que "los personajes" -los gordillos, sus telas-, como los de algunos novelistas, se salen de contexto. "Por primera vez en mi vida tengo la impresión de que la obra tuviera sus necesidades propias y se fuera de paseo, a correr, mientras yo me quedo y me pregunto ¿qué ha pasado con mis hijos? Escogen la libertad".

El pintor de Sevilla habló del "bicho cómico", el protagonista de su plástica de los setenta. "El tema esencial de mi obra fue el hombre como sujeto manejado de la sociedad de consumo, el hombre convertido en un protagonista de dibujos animados".

La crisis del arte

Trabaja para que su huella y su pintura no envejezcan, pinta para sobrevivir porque "los grandes críticos internacionales han señalado la muerte absoluta de la pintura. "Juego a seguir vivo, lo que es bastante dramático", subrayó. Él lideró "sin dar clase" ni buscar "discípulos" a cuatro generaciones de autores españoles -"es una enorme fortuna esta relación", indicó- que se reconocen en sus caminos y sus gestos, en cientos de telas del pop, el informalismo y la nueva figuración.

El Museo March (www.march.es) -que mantiene su colección permanente, con obras de Picasso a Barceló- sigue con Gordillo la serie temática sobre los autores del centro, en la que se han visto las Manos de Chillida y las Damas de Saura. "Los dúplex, el doble, han atravesado durante cuatro décadas la obra creadora del artista; es un recurso a la racionalidad", declaró el director de la Fundación March, Javier Gomá, que recreó la cita del crítico Miguel Cereceda, al reseñar que "Gordillo no es artista en crisis sino que expresa la crisis del arte, la representación y exploración de aquella, con las pulsiones interiores del alma".

Gordillo señala que sobre el pecho lleva con orgullo la condecoración -imaginaria- de haber sido censurado por el Gobierno anterior, del PP, ya que tras haber preparado una exposición internacional de la sociedad estatal Seacex llegó el veto tras criticar -en nombre de la Unión de Artistas- la política cultural de la derecha.

Luis Gordillo, en el Museo de Arte Español Contemporáneo de la Fundación March de Palma de Mallorca.
Luis Gordillo, en el Museo de Arte Español Contemporáneo de la Fundación March de Palma de Mallorca.TOLO RAMÓN

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