"Las investigaciones han dejado claro que no hubo conexión entre ETA y los islamistas"

Uno de los informes policiales presentados ayer por Zapatero en la comisión del 11-M descarta la vinculación entre el transporte de explosivos que tanto la banda terrorista como los islamistas realizaron en febrero a Madrid. En la madrugada del 29 de febrero fue detenido en las proximidades de Cañaveras (Cuenca), el presunto miembro de ETA Gorka Vidal Álvaro, cuando conducía una furgoneta con 600 kilos de explosivo. Ese mismo día los tres presuntos integrantes del grupo que perpetró los atentados de los trenes viajan desde Tineo en dos coches hasta Morata de Tajuña (Madrid), adonde trasladaban material explosivo sustraído en la localidad asturiana. El informe policial destaca:

- "Si bien es cierta la coincidencia de las fechas, no se ha constatado otro dato objetivo que permita apreciar otra circunstancia que el mero azar, hecho éste que en el ámbito de los Servicios de Lucha contra el Terrorismo no resulta del todo extraño, dado que la fecha en la que se producen los transportes, en plana campaña, Madrid tendría que ser un punto de referencia para la actuación de cualquier grupo terrorista que quisiera publicidad y notoriedad".

"Investigaciones exhaustivas"

- "Las investigaciones desarrolladas de forma exhaustiva y meticulosa (...) han dejado clara la inexistencia de cualquier tipo de conexión o contacto, no sólo entre éstos, sino también sus responsables a diferentes niveles".

- "Los análisis efectuados sobre cada una de las cargas corroboraron aún más la ausencia de cualquier tipo de relación (...) Tanto la naturaleza y características del material como el origen del mismo no presentan ninguna analogía. El que transportaba el K-Gaztelu

[el comando de ETA] se trataba de cloratita, mientras que la utilizada en los atentados del 11-M era dinamita Goma-2".

- "En los relativo a la forma de entrega, en el caso del comando etarra se sigue una línea habitual en ETA, consistente en la sustracción de la furgoneta en Francia, su posterior preparación y, por último, la entrega por parte de algún responsable a los activistas encargados del traslado o colocación. En el caso de los integristas, se pacta directamente la compra de los explosivos con un delincuente con el que contactan mediante un individuo que actúa como enlace, Rafá Zouhier. Una vez ultimados todos los detalles se desplazan al lugar del suministro, donde se efectúa la entrega".

- "En el trayecto y modo en que se realiza el transporte de las dos caravanas, tampoco existe ningún tipo de conexión o coincidencia: La primera parte el día 28 de febrero desde Francia, teniendo previsto un itinerario, Huesca-Teruel-Cuenca-Guadalajara-Alcalá de Henares-Madrid, mientras que la segunda parte al día siguiente, 29 de febrero, desde Asturias, siguiendo el itinerario Asturias-Cantabria-Burgos-Segovia-Madrid-Morata de Tajuña".

- "En relación con los posibles contactos entre los integrantes de uno y otro grupo, las investigaciones demuestran la ausencia de cualquier tipo de contacto, tanto simultáneo como previo al traslado". "Entre los efectos intervenidos en la furgoneta [de ETA] aparecen tres teléfonos móviles (...) Los rastreos de utilización de los mismos no permiten determinar ningún tipo de contacto con los integristas autores de los atentados del 11-M. (...) Al igual que ocurre en el caso anterior, los rastreos de llamadas de los teléfonos móviles permiten descartar cualquier tipo de contacto entre estos terroristas y los miembros del comando etarra".

- "El detenido Gorka Vidal manifiesta en la declaración ante la Guardia Civil que 'el objetivo de la colocación de esta furgoneta era crear pánico". "En el primero de los casos se confirma que el atentado tenía una finalidad alarmista, no persiguiendo la pérdida de vidas (así lo confirma el hecho de portar los números de Gara y Cruz Roja para hacer la llamada de aviso); en el segundo, la razón manifiestamente destructiva es la única motivación del atentado".