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CONSUMO

Compras con consecuencias

Una sociedad más justa también se puede conseguir comprando. Ése es el objetivo del consumidor responsable, que se pregunta cómo se ha fabricado cada producto antes de meterlo en el carrito.

El consumo responsable es una práctica aún incipiente en España, que pone el acento en el poder de los consumidores para conseguir una sociedad más justa. Apareció en Estados Unidos y en algunos países de Europa, como el Reino Unido e Italia, y, desde hace unos cinco años, también se practica en España.

"El consumidor responsable es consciente de sus hábitos de consumo y crítico con el mundo en el que vive", explica Carlos Ballesteros, profesor de la Universidad Pontificia de Madrid, y uno de los pocos expertos españoles en esta materia. Por ejemplo, ante la compra de unas zapatillas de deporte, un consumidor responsable se preguntará qué hay detrás de ese producto y cómo se ha elaborado: ¿han trabajado niños en su fabricación?, ¿se han respetado los derechos laborales de los trabajadores?, ¿se ha tenido en cuenta el medio ambiente?.

Comprar en red. El consumo responsable, dice Ballesteros, "no se puede hacer en solitario. Es necesario estar en red, en contacto con gente que comparta nuestros puntos de vista". Y, además, estar bien informado. Opcions es una revista práctica, pionera en nuestro país, que informa sobre las condiciones en las que se elaboran los productos. Su directora, Montse Peirón, asegura que el objetivo del consumo responsable es "comprar una estantería sabiendo qué hay detrás del objeto, cómo se ha producido, en qué condiciones, qué hay detrás del entorno social y medioambiental".

Comercio justo y consumo responsable son dos conceptos que están muy ligados entre sí, pero que no deben confundirse. "El comercio justo sería una parte del consumo responsable, aunque no puede existir comercio justo sin consumidores responsables", dice Ballesteros. De lo que hay que huir, según el profesor, es del marketing con causa. "Si una gran marca apuesta por ser solidaria, y además en Navidad, hay que empezar a sospechar". Para ser un comprador responsable se puede empezar por algo tan sencillo como observar nuestro consumo diario. El propio sentido común nos sugerirá cambios positivos. Los expertos aseguran que, a veces, las opciones más acertadas no coinciden con los productos más accesibles ni tampoco con los más baratos, pero que, a la larga, cambiar los hábitos de compra es rentable.

Las claves del consumo responsable

Es un consumo ético. Intenta deshacer el divorcio entre el comportamiento como ciudadanos y como consumidores.

Tomar las riendas de las decisiones. No dejarse influir por la publicidad, el mimetismo social y los intereses particulares de cada consumidor.

Acción para el cambio social. Lo que potenciamos con nuestro consumo no debe ser contradictorio con lo que queremos potenciar a nivel social.

Cambiar la actitud ante el consumo. No se trata de una elección entre marcas ni de comprar verde, sino de un replanteamiento de toda nuestra forma de consumir.

Proceso de experimentación. No hay respuestas categóricas ni soluciones definitivas.

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