Bhopal sigue muriendo
Cientos de miles de personas sufren las secuelas del escape de gas ocurrido hace 20 años en India
El 2 de diciembre de 1984, un escape de gases letales mató a medianoche a 15.000 personas en la importante ciudad de Bhopal (Estado de Madhya Pradesh, centro de India). El desastre se generó en la fábrica de fertilizantes de la empresa estadounidense Union Carbide. Quedaron expuestas a la nube tóxica más de medio millón de personas, de las que 150.000 son hoy enfermos crónicos. Según organizaciones locales, una persona sigue muriendo cada dos días por secuelas de la catástrofe. Las aguas de la ciudad se contaminaron de productos cancerígenos, como tricloroetileno, hexaclorobenzeno y mercurio. Los afectados se vieron condenados a una vida con pérdidas de visión, problemas respiratorios, dolores articulares, menstruaciones irregulares, depresión, tuberculosis y cáncer.
Miles de personas se manifestaron ayer en Bhopal portando retratos de fallecidos en el accidente y velas votivas. La marcha pidió justicia y quemó símbolos de Dow Chemical (multinacional estadounidense que en 1999 compró Union Carbide).
Greenpeace presentó ayer en la sede madrileña de Dow Chemical las primeras 2.100 firmas de una campaña para pedir la indemnización de las víctimas. Greenpeace ha organizado actividades paralelas en otros 15 países. Según la organización ecologista, al comprar Union Carbide, Dow Chemical no sólo adquirió los activos, sino "también las obligaciones".
En 1989, el Gobierno indio, sin permiso de los afectados, aceptó un acuerdo extrajudicial con Union Carbide, por el que unos 525 millones de euros liquidaban la responsabilidad civil de la compañía; las autoridades indias habían en principio reclamado unos 3.700 millones de euros. Los fondos acordados siguen sin llegar a los damnificados. El pasado julio, el Tribunal Supremo de India ordenó al Gobierno pagar lo adeudado a las víctimas para su tratamiento médico. Y mientras, no dejan de aparecer nuevas víctimas.
En cuanto a la vía penal, el principal acusado, Warren Anderson, director de Union Carbide, tiene orden de arresto desde 2002, y EE UU rechazó la extradición. Anderson está en paradero desconocido.

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