Un insecto gregario
La langosta es un insecto tenaz. Cada año malviven unos pocos ejemplares entre el Sahel africano y el Atlas. Para luchar con las condiciones adversas del entorno, la langosta pone miles de huevos. Pocos prosperan.
Hasta que, como ocurre cada 20 años, un buen día diluvia en el desierto. Esta vez su día llegó el 21 y el 22 de octubre de 2003. Como explicó ayer por teléfono Keith Cressman, del grupo de la langosta de la FAO, llovió desde Dakar al Atlas: "Cayeron 200 mililitros de agua en zonas donde la media es de un mililitro al año".
Los huevos por fin recibieron agua y la natalidad se disparó. Al eclosionar, las langostas de Mali, Mauritania, Níger y Sudán se unieron en un solo enjambre. La langosta de la que hablamos (Shistocerca gragaria) vive a su aire hasta que hay muchas a su alrededor. Entonces se vuelve gregaria y cambia de color (de marrón a roja) sin que los científicos sepan muy bien cómo ni por qué. Hasta 1921, los científicos pensaban que eran dos especies distintas.
A partir de ahí la historia es cíclica. En invierno la langosta sube al norte (Marruecos, Libia, Argelia y Túnez) donde vuelve a plantar sus huevos. Los nuevos animales (el crecimiento es exponencial porque cada ejemplar pone hasta 150 huevos) bajan al sur donde vuelven a criar en un ciclo que se alimenta y que ya ha devorado toneladas de cereales. Un enjambre medio de langosta come al día tanto como 10 elefantes o 2.500 personas. Cada langosta llega a vivir seis meses y puede alcanzar los 15 centímetros.
En medio de la voraz multitud, el cambio de viento puede llevar a algunas de las nubes de langostas hasta El Cairo o a Canarias, como ha ocurrido este mes. En la última plaga, 1987-1989, algunos ejemplares acabaron en Roma.
La FAO espera que cesen las lluvias para romper el ciclo de la langosta y aumentar las fumigaciones. Cressman insiste en que la situación actual no es de plaga, sino de un estado anterior. "Si sigue lloviendo vendrá lo peor", afirma Creesman. de todas formas, los expertos dudan de que esta vez la langosta llegue al Reino Unido, como hizo en 1954. Con tenacidad.
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