Lápidas equivocadas
La comisión judicial exhuma tres cadáveres mal identificados de víctimas del Yak-42 en Valencia
"Ahora no tengo nada. Se han llevado el cuerpo de Alberto Mustienes, a quien hasta octubre lloré y con el que hablé como si de mi hijo se tratara. Y me he quedado sin nada. ¿Quién me garantiza que las cenizas que dicen que son de mi hijo y que tiene otra familia lo son de verdad". Paco Cardona cerró así ayer el episodio de exhumación del cadáver de uno de los militares fallecidos en el accidente del Yak-42 en mayo de 2003 que fue erróneamente identificado como su hijo. Cardona, su mujer y uno de sus hijos se encontraron en el cementerio comarcal de Alboraia (Valencia) con los padres de Alberto Mustienes. La comisión judicial que desde el pasado lunes, por orden de la Audiencia Nacional, procede a la exhumación de los 21 cuerpos enterrados con identificación equivocada -otros nueve mal identificados han sido incinerados- llegó a Alboraia pasadas las 11.00. Efectivos de la Guardia Civil acompañaban a la comitiva en un trance que tuvo momentos de tensión porque Cardona exigió que quedara por escrito acreditado que la funeraria valenciana que procedía a la exhumación lo hacía de común acuerdo con la de Madrid. "Yo firmé un papel con una funeraria de Madrid y aquí ha aparecido otra. Tal como han ocurrido las cosas todas las cautelas son pocas. Aún no sabemos qué otras sorpresas nos podemos encontrar". Los agentes tuvieron que retirar de la lápida a Cardona para proceder a extraer el ataúd.
Sin tensiones, pero con el mismo protocolo, la comisión procedió en los cementerios de Alfafar y Chiva, donde estaban enterrados dos cuerpos identificados como Rafael Martínez Micó y Felipe Perla respectivamente. Las pruebas de ADN han demostrado que los cadáveres no corresponden a esos nombres. Las exhumaciones acabarán a principios de diciembre.
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