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Reportaje:DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES

Las huellas de la agresión

La violencia deja secuelas físicas y psíquicas duraderas a las víctimas

El daño sigue después de la agresión: la violencia machista deja secuelas en la salud de las mujeres, según los expertos. Es algo poco estudiado aún, pero los datos apuntan, por ejemplo, que el 77% de las maltratadas sufre dolores de espalda o articulares (los padece el 66,2% de las mujeres no agredidas). Más de la mitad de las víctimas siente ansiedad o angustia, frente al 33% del resto, según la última gran encuesta del Instituto de la Mujer sobre violencia de 2002. Los especialistas piden que la repercusión del maltrato se aborde como "problema sanitario de primer orden". Y es que, según esa encuesta,

el 11,1% de las ciudadanas mayores de 18 años (1,88 millones) ha sufrido maltrato, casi siempre a manos de su marido, novio o ex pareja. Pero sólo el 4% de las encuestadas (680.000 mujeres) reconoce haberlo padecido.

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"Es un problema de salud pública importante", afirma la directora general de la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud, Pilar Polo. Para abordarlo, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (compuesto por el ministerio y las comunidades) decidió el pasado septiembre crear una comisión.

"Es un problema que se conoce poco y mal", asegura Miguel Lorente, director de Instituto de Medicina Legal de Granada y experto en violencia doméstica. "Sólo se considera esta violencia si es una agresión física y sus consecuencias suelen reducirse a las penales. Pero tiene un coste en años de vida saludable. A nivel mundial, es la tercera causa de pérdida de esos años en las mujeres", explica. "La Organización Mundial de la Salud lo ve desde 1996 como problema de salud de primera magnitud", añade.

Pilar Blanco Prieto intenta sacar a la luz un fenómeno a menudo invisible. Esta médica de familia, codirectora del reciente libro La Violencia contra las Mujeres. Prevención y Detección (Díaz de Santos), explica: "Cuando una mujer padece maltrato, enseguida se siente mal. Lo primero que se aprecia en ella es la ansiedad". Pero difícilmente los médicos localizan la causa real: la violencia. "La mayoría de mujeres callan y muchas ni son conscientes de ser maltratadas hasta llegar a la violencia física", apunta Blanco, de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública.

"La agresión física suele causar lesiones agudas. Las primeras agresiones provocan además una lesión psíquica como el shock", detalla Lorente. Cuando el maltrato es habitual, suelen aparecer, con carácter crónico "dolores inespecíficos, mareos, alteraciones gastrointestinales, hipertensión y problemas genitourinarios". En lo psíquico, "estrés postraumático, cuadro depresivo, ansiedad y baja autoestima".

Blanco apunta también que la violencia es "un factor de riesgo para contraer enfermedades". Y ello porque la autoestima de la víctima resulta dañada. Esa situación favorece el descuido personal y las conductas perjudiciales (alcohol, tranquilizantes, tabaquismo...). Además, el estrés crónico "implica alteración del sistema inmunológico y neurohormonal que favorece nuevas enfermedades (infecciosas, cardiovasculares, autoinmunes...) y el empeoramiento de las existentes", asegura.

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