El PSOE asegura que no se revisará "a corto plazo" el convenio con el Vaticano

El PSOE precisó ayer en un debate en el Congreso de los Diputados que el Gobierno "no excluye" la posibilidad de revisar en el futuro y "con las partes implicadas" los acuerdos vigentes con el Vaticano, si bien no tiene previsto una "revisión global a corto o medio plazo". Esa aclaración fue realizada por el diputado socialista Agustín Jiménez Pérez en el debate sobre sendas proposiciones no de ley de Izquierda Unida y del Bloque Nacionalista Galego en las que se pedía la modificación de los convenios con la Santa Sede. Las dos iniciativas fueron derrotadas en la votación posterior. Los socialistas, los populares y los diputados de CiU votaron en contra de las propuestas.

El portavoz del Grupo Socialista en el debate precisó que la eventual revisión de los acuerdos con la Santa Sede tendría por objetivo "la mayor y mejor adecuación a los principios constitucionales" y al resto del ordenamiento jurídico español. En ese contexto precisó que el Ejecutivo ya ha dejado claro que, "en principio", no tiene previsto "a corto o medio plazo" abordar una "revisión global" de los acuerdos de España con el Vaticano.

El portavoz socialista argumentó que esos acuerdos tienen rango de tratado internacional y que la normativa en vigor garantiza ya el control de las actividades económicas de la Iglesia y no le concede ningún privilegio respecto a otras confesiones religiosas.

La proposición no de ley de IU reclamaba reformas para eliminar privilegios de la Iglesia católica, y la del BNG pedía que se extienda las relaciones de cooperación al resto de confesiones religiosas.

Ofensiva desestabilizadora

Anoche, el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, aseguró que la jerarquía de la Iglesia católica forma parte, junto al PP, de una "ofensiva de desestabilización" del resultado de las elecciones generales del 14 de marzo pasado. En un acto a favor de la escuela laica, Llamazares manifestó que la iglesia ha pasado de la etapa de la "mentira", cuando gobernaba el PP, a la fase de la "paranoia", que consiste en "acusar al otro de toda la culpa".