Lluvia de millones chinos en Cuba

La visita a Cuba del presidente chino, Hu Jintao, concluyó ayer con resultados más que favorables para el Gobierno de Fidel Castro. En apenas 24 horas, China firmó acuerdos de inversión por más de 500 millones de dólares (unos 400 millones de euros) en la industria niquelífera, concedió varios créditos en las esferas de la educación, la salud y para la compra de un millón de televisores, y aplazó por 10 años el pago de parte de la deuda cubana. Más allá de lo estrictamente económico, la visita de Hu permitió a Castro hacerse su primera foto de pie tras fracturarse la rodilla, todo un símbolo en el contexto de la realidad cubana.

El diario oficial Granma publicó ayer en primera página la foto de Castro de pie, sonriendo y estrechando la mano al presidente chino. Por si fuera poco claro el mensaje, en su edición digital el rotativo comunista explicaba: "A sólo un mes de la operación que sufriera a consecuencia de la caída accidental, Fidel saluda a su huésped de pie". Tampoco pasó inadvertido para analistas y diplomáticos el protagonismo que tuvo Raúl Castro, ministro de las Fuerzas Armadas y primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, durante la visita de Hu.

No pasó inadvertido para los analistas el protagonismo que tuvo Raúl Castro en la visita del presidente chino

El segundo hombre fuerte de Cuba no se limitó a recibir en el aeropuerto al presidente chino y a acompañarlo de forma protocolaria durante su estancia en La Habana: el martes sostuvo conversaciones con él -aparte de las oficiales encabezadas por Fidel Castro un día antes-, y fue su interlocutor en el primer Foro de Inversiones y Comercio Cuba-China, en el que ambos pronunciaron discursos.

Como se esperaba, los resultados más jugosos de la visita de Hu estuvieron en el campo de la minería. Ayer se conoció que el grupo chino Minmetals invertirá al menos 500 millones de dólares en la producción de ferroníquel en Moa, provincia de Holguín. La inversión, en un plazo de 28 meses, servirá para poner en marcha una planta que producirá 68.000 toneladas anuales de este mineral, casi la misma cantidad que se produce en la isla en la actualidad. Funcionará en régimen de empresa mixta, participada en un 51% por Cuba y en un 49% por China.

Además, se suscribió un compromiso de compraventa de 20.000 toneladas de sinter (níquel sin refinar), a razón de 4.000 toneladas anuales entre 2005 y 2009. Y ambos Gobiernos firmaron un acuerdo para crear una asociación mixta que explorará el yacimiento de níquel en Camagüey.

Estas inversiones forman parte de los 16 acuerdos de cooperación firmados el lunes y que contemplan la concesión de créditos por 12 millones de dólares (9 millones de euros) en las áreas de sanidad y educación, otro más para comprar un millón de televisores chinos, así como el aplazamiento del inicio del pago de las obligaciones financieras contraídas por los créditos gubernamentales concedidos a Cuba entre 1990 y 1994.

El martes, al hablar ante el foro empresarial, tanto Hu como Raúl Castro dieron muestras de sintonía política y de estar decididos a impulsar las relaciones a todos los niveles. El discurso de Hu fue más pragmático, centrado en los temas económicos y sobre todo en la necesidad de "fortalecer la cooperación y profundizar en el intercambio" siguiendo criterios de eficiencia y sobre bases mutuamente ventajosas. Raúl Castro fue más ideológico. "Cuba", dijo, "también tomó el camino del socialismo hace más de 45 años, el único que nos permite garantizar nuestra independencia y defender nuestra obra en medio del férreo bloqueo" . Y, tras señalar las similitudes, introdujo un matiz: ambos países "comparten similares objetivos", pero tienen "particularidades propias". En otras palabras: en Cuba, de economía de mercado, nada.