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La ausencia de líderes en la Cumbre Iberoamericana desluce el estreno de Zapatero

Los presidentes de Chile, Brasil, Perú, Cuba y Portugal faltarán a la cita en Costa Rica

La XIV Cumbre Iberoamericana, mañana y el sábado en San José de Costa Rica, marcará tanto el estreno en este foro del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, como el punto más bajo en la historia desigual del sistema regional de relaciones que España y México crearon en 1991. La coincidencia se va a traducir en deserciones a la cita de San José que, por su importancia, resultan embarazosas para el Ejecutivo. Las ausencias no derivan, sin embargo, de su actuación, sino de la celebración simultánea en Chile de la Conferencia Asia-Pacífico (APEC).

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Tres presidentes han confirmado ya que no viajarán a Costa Rica, bien porque participan en la APEC, como es el caso del presidente chileno, Ricardo Lagos, anfitrión de esa cumbre, o porque, como el presidente brasileño, Luiz Inàcio Lula da Silva, o el peruano, Alejandro Toledo, tienen citas bilaterales con los grandes líderes - George W. Bush, el chino Ju Xintao o el ruso Vladímir Putin- del encuentro transpacífico.

La salud es, en cambio, el motivo de la ausencia de otros dos líderes, el cubano Fidel Castro y el presidente de Portugal, Jorge Sampaio. Castro no asiste a las cumbre iberoamericanas desde que, hace cuatro años, quedó aislado al enfrentarse públicamente en Panamá con el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, porque se negó a apoyar una condena del terrorismo de ETA. Su reciente caída y las lesiones que sufre explican puntualmente que el cubano tampoco asista a la XIV cumbre.

En cuanto a Sampaio, tenía previsto viajar ayer a San José en vuelo regular debido a que el primer ministro, Pedro Santana Lopes, se quedará en Portugal a debatir los presupuestos. Una afección gripal truncó, sin embargo, el traslado del presidente luso.

Si se añade a todo ello que el presidente mexicano, Vicente Fox, tendrá que hacer un auténtico esfuerzo para estar apenas cuatro horas en San José, desplazándose en ida y vuelta desde Chile; que la diplomacia española ha tenido que emplearse a fondo para que el presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez, desista de quedarse en su país, como había anunciado, y que la participación del argentino Néstor Kirchner no será segura hasta que se produzca, ya que es muy poco amigo de las citas multilaterales, la amenaza de una deserción en cadena se insinúa en un encuentro al que España acudirá, como siempre, con la máxima representación del rey Juan Carlos, además del presidente del Gobierno.

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Fuentes de La Moncloa insistieron ayer en que la organización de la XIVcumbre en San José no es responsabilidad del Gobierno español, sino el punto final de un proceso de degradación creciente del foro iberoamericano, que está llamado a renacer en 2005 cuando celebre, en Salamanca, su XV anivesario.

En la práctica, la coincidencia de la cumbre APEC con la de San José, principal motivo del desconcierto actual, ha sido un tema polémico entre Costa Rica y Chile. Según fuentes españolas, cuando el presidente costarricense, Abel Pacheco, presentó hace un año, en la cumbre de Santa Cruz, a la que asistió Aznar, las fechas de este encuentro, Lagos no puso objeciones. Chile tardó, según la misma versión, algunos meses en percatarse de que tenía comprometida la cumbre transpacífica para los mismos días. Los costarricenses, sumidos en los primeros escándalos de corrupción de su historia, que quisieran contrarrestar con el éxito de este evento, intentaron mover el calendario, pero los líderes tenían ya otros compromisos.

Más allá de la actuación de Lagos, al que Zapatero tiene previsto visitar en Santiago el próximo mes de enero, lo que está por ocurrir en San José refleja un desinterés generalizado de los latinoamericanos por estas cumbres.

El cambio de formato impulsado por Aznar y perseguido por el actual Gobierno, para crear una secretaría permanente que dé cumplimiento a los acuerdos, a fin de convertir el foro en un medio de coordinación política que dote de voz internacional propia al mundo iberoamericano, no ha contribuido hasta ahora a aumentar el interés. Quizás incluso haya reducido el aprecio de los líderes latinos por unas reuniones que desde hace tres años se celebran a puerta cerrada y no les ofrecen ni siquiera la posibilidad de pronunciar su discurso.

La transición está siendo muy lenta. En 2002, los líderes acordaron encargar al ex presidente brasileño, Carlos Henrique Cardoso, un informe sobre la reforma de las cumbres, que fue aprobado y condujo el año siguiente al acuerdo de crear la secretaría permanente. Casi todos los partidos han firmado ya la constitución de ese órgano, que tendrá su sede en Madrid, pero tampoco se creará este año. Buena parte de este retraso parece deberse al hecho de que el candidato predilecto del Gobierno español para secretario general, el hispano-uruguayo Enrique Iglesias, no está libre todavía de sus compromisos de presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Todo queda para Salamanca en 2005. Debido a su condición de presidente entrante de las cumbres, Zapatero deberá quedarse en San José hasta el último minuto, y empezar el esfuerzo de relanzamiento del foro.

La policía detiene a un manifestante durante una protesta estudiantil contra la cumbre de la APEC ayer en Santiago.
La policía detiene a un manifestante durante una protesta estudiantil contra la cumbre de la APEC ayer en Santiago.EFE

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