Destituido el jefe de la Guardia Civil en Gijón por ocultar una grabación sobre explosivos

El Ministerio del Interior ha destituido al teniente coronel José Antonio Rodríguez Bolinaga como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón, por pérdida de confianza, a propuesta del director general de la institución, Carlos Gómez Arruche. Esta decisión se adopta sin perjuicio de los resultados de la investigación abierta para determinar por qué una grabación realizada por un agente de la Guardia Civil -Jesús Campillo-, en la que se mencionan detalles que pudieran tener relación con los atentados del 11-M, no fue entregada de manera inmediata al juez.

En una resolución fechada ayer y firmada por el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, se revoca el destino del teniente coronel José Antonio Rodríguez Bolinaga "por haber dejado de reunir la condiciones personales de idoneidad que en su día motivaron su asignación", es decir, por pérdida de confianza.

En la misma resolución se especifica que el teniente coronel queda pendiente de asignación de destino y puede fijar su residencia en cualquier lugar de España, previa notificación a la Dirección General de la Guardia Civil. La pérdida de destino no comporta cambio en la situación administrativa de Rodríguez Bolinaga.

La Dirección General de la Guardia Civil abrió el pasado día 10 una investigación urgente sobre las circunstancias que rodean la grabación realizada en agosto de 2001 por el agente Jesús Campillo Veiga, con el objeto de entregar los resultados al juez Juan del Olmo, que investiga los atentados cometidos del 11-M de marzo.

De acuerdo con las primeras informaciones recibidas el pasado día 10 por el director general de la Guardia Civil, esta cinta fue encontrada a mediados del año 2003 por el guardia del puesto de Cancienes David Robles Ramos en el interior de un cajón de una mesa que había pertenecido al Servicio de Información de la Comandancia de Gijón. La cinta fue grabada el 28 de agosto de 2001 por Jesús Campillo, del Servicio de Información de la Comandancia de Gijón, durante una entrevista con Francisco Javier Lavandero, quien dos días antes había realizado una llamada telefónica al Centro Operativo de Servicios de la Comandancia ofreciendo información sobre explosivos.

Única transcripción

De esta cinta al día siguiente el mismo agente realizó una única transcripción, que obra en la misma Comandancia y que al parecer podría estar incompleta. El pasado 16 de octubre el guardia David Robles entregó la cinta a sus superiores y el jefe de la Comandancias ordenó su escucha y su custodia.

En esta grabación, un confidente llamado Francisco Javier Lavandera, y conocido como Lavandero, alertaba en 2001 de que Antonio Toro y José Emilio Suárez Trashorras -ambos imputados en relación con la trama de los atentados del 11-M en Madrid- manejaban gran cantidad de explosivos y buscaban a una persona que les enseñase a fabricar bombas utilizando teléfonos móviles como temporizadores.

Entre septiembre y octubre de 2001, la Guardia Civil trató de identificar a los componentes del grupo de Antonio Toro, pero no alcanzó ningún resultado, pues faltó la colaboración del confidente, quién alegó no haber vuelto a ver a ninguno de ellos, presuntamente detenidos en el marco de la denominada operación Pipol de la policía.

El ministro del Interior, José Antonio Alonso, insistió ayer en que la destitución del teniente coronel "obedece a una quiebra del principio de confianza en la labor de este funcionario" y dijo que la cinta, "como cualquier elemento probatorio, tiene que estar en manos del juez de un modo inmediato", informa Efe.

Mientras, el presidente del PP, Mariano Rajoy, pidió al Gobiernoque adopte "medidas" si es cierto que "se ha ocultado información" o si ésta se ha dado "de manera parcial al juez instructor" de los atentados del 11 de marzo.

Una hora en la Audiencia

La destitución del teniente coronel se produjo el mismo día en que el agente Jesús Campillo declara ante el juez Del Olmo.

Campillo, que permaneció por espacio de una hora declarando en el juzgado, manifestó al término de su comparecencia que había sido citado como testigo y que había declarado ante el juez que a la cinta que grabó en 2001 al confidente Francisco Javier Villazón Lavandera sobre un presunto tráfico de explosivos en Asturias se le dio la suficiente relevancia como para abrir una investigación, de la que él fue apartado.

Tras su comparecencia, Campillo explicó a los informadores que días después de entregar la cinta a sus superiores se abrió una investigación, pero fue relegado, y las pesquisas las siguieron otros miembros de la comandancia. El agente añadió que él nunca supo cómo concluyeron las investigaciones.

Campillo fue muy poco explícito y se justificó indicando que el juez Del Olmo le había impuesto guardar silencio sobre su comparecencia.

En cuanto al paradero de la cinta desde que él la entregó hasta que otro guardia civil, David Robles, la encontró en el cajón de una mesa del destacamento de Cancienes, Campillo aventuró que la grabación debió de pasar de un mueble a otro y terminó extraviándose.

El agente, que declaró en calidad de testigo, se mostró sorprendido cuando los periodistas le comentaron que el teniente coronel Bolinaga había sido destituido esa misma mañana, noticia que dijo desconocer hasta ese momento.

Antes de la comparecencia del guardia Jesús Campillo fue interrogado el confidente Francisco Javier Villazón Lavandera, alias Lavandero, a quien el juez Del Olmo otorgó la cualidad de testigo protegido y cuya presencia fue preservada aduciendo motivos de seguridad.