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NUEVA ETAPA EN ORIENTE PRÓXIMO

Yihad Islámica y las Brigadas de Al Aqsa anuncian una tregua

Petición a París del informe médico de Arafat

Yihad Islámica y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, dos importantes organizaciones radicales impulsoras de la Intifada, anunciaron ayer desde Gaza una tregua parcial de dos meses, en la cual se abstendrán de atacar objetivos en el interior de Israel, aunque continuarán en las zonas ocupadas. El anuncio supone un triunfo para Mahmud Abbas, el flamante presidente de la OLP, que trata de impulsar una transición pacífica. Por otra parte, la Autoridad Palestina solicitó a Francia el informe médico de Arafat.

El mensaje de Yihad Islámica y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, vinculadas al partido gubernamental Al Fatah, se difundió a través del periódico israelí Jerusalén Post, en declaraciones a uno de sus periodistas. Los radicales aseguraban que no se atacarán objetivos en territorio israelí, lo que supone el cese de las hostilidades contra las ciudades situadas al otro lado de la línea verde, sobre las que se han estado lanzando continuamente misiles artesanales.

El compromiso incluye que no se efectuarán durante este tiempo ataques suicidas contra la población israelí. Aunque sí mantienen la posibilidad de operaciones bélicas en las zonas ocupadas de Cisjordania y Gaza. El alto el fuego unilateral no ha sido aún suscrito por Hamás.

Como contrapartida a estas posiciones esperanzadoras, los dirigentes de Hamás y Yihad Islámica anunciaban solemnemente su intención de no participar en las elecciones presidenciales, por considerarlas una farsa, ya que, en su opinión, tiene como único objetivo consolidar el liderazgo y monopolio de Fatah, en detrimento de los demás grupos, que piden como alternativa la formación de un Gobierno de unidad nacional para después convocar elecciones legislativas y presidenciales.

Éstas fueron las dos principales conclusiones con las que acabó ayer la reunión cumbre celebrada por Mahmud Abbas con los dirigentes de las 13 facciones y organizaciones políticas de Gaza. El encuentro, celebrado entre grandes medidas de seguridad, se producía cuando aún no se habían cumplido las 24 horas de un intento de asesinato que un grupo de milicianos trató de perpetrar contra el número uno de la cúpula palestina y su asesor de seguridad, el coronel Mohamed Dahlan, cuando se encontraban participando en una ceremonia fúnebre en el centro de Gaza en recuerdo de Arafat.

Poco antes de esta reunión, Mahmud Abbas celebró una sesión de trabajo con los responsables de los diferentes cuerpos de seguridad. El líder de la OLP pidió a los caudillos el fin de la guerra sin cuartel en que se encuentran sumidos desde hace cerca de un año y que se ha saldado hasta ahora con una decena de muertos, cerca de un centenar de heridos, así como varios secuestros y atentados. En un tono amenazador, Abbas les recordó que no podía pedir una tregua a los grupos armados palestinos si previamente los cuerpos de seguridad no firmaban un pacto de no agresión entre ellos y no daban ejemplo de cordura. En la reunión Abbas llevó como acompañantes a los dos líderes influyentes de Fatah en Gaza; el ministro de Asuntos Exteriores, Nabil Shaat, y la ministra de Asuntos Sociales, Intissar al Wazir, la viuda de Abu Yihad, asesinado por los israelíes en Túnez.

En medio de este complejo panorama de negociaciones en búsqueda de una transición pacífica, surgía de nuevo, esta vez con más fuerza, el rumor del posible envenenamiento de Yasir Arafat, lo que ha obligado a la Autoridad Nacional Palestina a pedir oficialmente a las autoridades francesas los informes clínicos del presidente.

La petición se produce pocos días después de que el médico personal de Arafat y ex ministro de Sanidad de Jordania, el doctor Ashraf Kurdi, reclamara a la presidencia palestina que se practicara una autopsia del cadáver del fallecido porque, en su opinión, la muerte de Arafat podría haberse producido por un veneno. Ello explicaría el descenso importante de plaquetas en su sangre, lo que le dejó indefenso y facilitó su fallecimiento. Las autoridades sanitarias francesas entregaron una copia de estos informes a la viuda del presidente, Suha Arafat, pocas horas después de su fallecimiento. El contenido de los documentos no ha sido aún desvelado, gracias a que las leyes francesas protegen este tipo de datos y los entregan en propiedad a los familiares.

La dirección palestina argumenta en su contra que se trata de un jefe de Estado y que esta información afecta a intereses nacionales. La hipótesis de un envenenamiento inducido por los israelíes ha estado reiteradamente negada por las autoridades palestinas y también por los portavoces del Gobierno israelí, que aseguran que se trata de una acusación gratuita y sin fundamento.

El portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhre (derecha), a su llegada a la reunión con Mahmud Abbas, el líder de la OLP.
El portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhre (derecha), a su llegada a la reunión con Mahmud Abbas, el líder de la OLP.REUTERS

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