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Reportaje:

En los márgenes de la educación obligatoria

42 países no llegan al 30% de escolarización infantil y apenas uno de cada 10 alumnos de zonas pobres cursa estudios superiores

La educación mundial arrancó el milenio con el compromiso de 160 países reunidos en Dakar de mejorar en todas las etapas formativas. El último informe de la Unesco detecta lentos avances y advierte de que no podrán conseguirse los objetivos en el plazo previsto, 2015. Hay zonas especialmente castigadas, el Áfrcia subsahariana, por ejemplo, o grandes regiones de Asia, en las que, a pesar de todo, los esfuerzos se concentran en la educación obligatoria. En los márgenes de esos niveles obligatorios están la educación infantil y la superior. El panorama mundial, salvadas las zonas desarrolladas, no es muy halagüeño para estas etapas. La mitad de los 133 países en desarrollo considerados en un estudio del Banco Mundial "no alcanzarán una tasa bruta de escolarización en preprimaria del 25% en 2015 si persisten las actuales tendencias".

Los niños están en la escuela en infantil menos de medio año en el África subsahariana
La secundaria no se considera un "derecho fundamental", como ocurre con la primaria

A estas dramáticas cifras contribuyen las que ofrecen países como Yemen, Burkina Faso, Burundi, Níger, Mali, y una larga lista de países de las áreas mundiales con más pobreza cuya escolarización en la etapa infantil no supera el 30%. En los países que partían de posiciones muy depauperadas las mejoras, aunque existentes, apenas se notan. En algunos países, como Filipinas o Sri Lanka, los niños sólo han pasado en la escuela un año antes de empezar la primaria. En el África subsahariana los críos pasan escolarizados antes de primaria menos de medio año, una media que se incrementa casi imperceptiblemente en los Estados árabes y que sube notablemente en las demás regiones mundiales, pero que no pasa de los dos años de escolarización media salvo en Norteamérica y la Europa occidental.

En el informe de la Unesco Educación para todos, que recoge el estudio del Banco Mundial, se sugiere abrir las puertas al sector privado para expandir los programas de educación y cuidados infatiles previos a la educación primaria. Pero también se advierte del peligro de generar desigualdades con el uso de ese sistema, "porque sólo las comunidades y las economías domésticas más saneadas" podrán invertir en estas escuelas.

Los beneficios de una educación y cuidados tempranos son incuestionables para la Unesco. Garantizarán, dice el informe, mejores resultados académicos en las etapas siguientes y, en los países menos desarrollados servirán además para mejorar la higiene, nutrición y condiciones sanitarias de los niños. Si los más pequeños están escolarizados "liberarán a los mayores de sus cuidados y les permitirán trabajar", una cuestión que no es baladí tampoco en los países más desarrollados. En los más pobres, la escolarización de los pequeño, como las cerezas, "posibilitará la asistencia a clase de los hermanos mayores", añade el informe.

Las diferencias de género en esta etapa no son las habituales: en casi dos tercios de los países estudiados las niñas asisten a clase más que los niños a los tres o cuatro años. A más edad, las cosas pintan peor para las mujeres.

Al otro lado de las etapas obligatorias las cosas son parecidas. La Unesco señala que un 55% de los alumnos de países desarollados cursa estudios de secundaria, bachillerato, universitarios o de formación profesional, un porcentaje que cae al 11% en los países en vías de desarrollo. Es decir, apenas uno de cada 10 alumnos matriculados hace estudios posobligatorios, como se mencionan en el informe. Sólo Brasil y las Islas Seychelles están por encima de la media entre los países en vías de desarrollo.

La educación secundariaes el requisito mínimo para acceder al mercado laboral en los países desarrollados, en los que, parte de ella, es obligatoria. Este fenómeno se está extendiendo a las zonas en desarrollo.

El informe indica que la mayoría de los países (144) "se han comprometido a declarar obligatoria en mayor o menor medida la enseñanza secundaria", pero añade que "es muy frecuente que la mayoría de los graduados de primaria no prosigan sus estudios". Esto ocurre, de nuevo, en el África subsahariana y en el sur y oeste de Asia.

La Unesco critica que las normas internacionales sean menos explícitas para la educación secundaria cuando la educación primaria se recoge en muchas constituciones como un "derecho fundamental". El informe también lamenta la falta de datos de estas etapas.

La escolarización en secundaria aumentó, entre 1998 y 2001, más de un 2% en 131 países de los que hay cifras. En ese mismo porcentaje aumentó la matrícula de la enseñanza universitaria en 56 de los 96 países para los que hay estadísticas. A pesar de estos datos positivos, la Unesco señala que los progresos son muy lentos.

En 2001 los alumnos realizaron estudios de secundaria durante una media mundial de 1,1 años, lo que supone un incremento de cuatro meses en una década. Este ciclo dura en Norteamérica y Europa Occidental 3,5 años, frente a los seis meses en el África subsahariana. En Europa del Este y Central la educación secundaria no obligatoria se cursa durante 2,5 años, en 1,4 en Latinoamérica, 1,3 en Asia Central, un año en los países árabes, Asia Oriental y el Pacífico, y seis meses en el suroeste asiático.

En el ciclo de secundaria la disparidad entre sexos es más acusada que en primaria. Sólo en una quinta parte de los países en vías de desarrollo se ha conseguido la paridad entre niños y niñas. En el resto, la mayoría de los matriculados son varones, fenómeno que se acentúa a medida que se asciende en la pirámide de ciclos formativos.

El 95% de los países desarrollados (todos menos Estonia y Portugal, con datos de 2001) se ha logrado la paridad en primaria, el 66% en secundaria y en torno al 60% en educación superior.

De cero años en adelante

Puede decirse que la educación infantil en España tiene la demanda satisfecha de tres a cinco años, el segundo ciclo de esta etapa, aunque quedan algunos flecos. Más desigual es el panorama en los años anteriores, el primer ciclo de la educación infantil, con una tasa media de escolarización del 13,5%. Comunidades como Navarra, País Vasco o Cataluña son las que ofrecen mejores datos, aunque no rebasan el 30% de escolarización de cero a dos años. En España hay 2.550 centros de educación infantil y este servicio se presta en la red pública y en la privada sin que, entre las dos, logren absorber la demanda total de plazas para los pequeños. El funcionamiento de las escuelas infantiles públicas convence a los padres hasta el punto de que la demanda deja listas de espera que, sólo en la Comunidad de Madrid, supera las 30.000 solicitudes sin plaza, según datos de CC OO.

La Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE), que aprobó el PP en su última legislatura, distinguió con un carácter asistencial el primer ciclo de esta etapa, de cero a tres años, que también recuperó el antiguo nombre de preescolar. El actual Gobierno se ha planteado revisar estos extremos para devolver a este ciclo su carga educativa específica.

Respecto a la educación no obligatoria a partir de los 16 años, en España alcanza a los 17, 18 y 19, niveles superiores al 60% de escolarización, al menos entre las mujeres, porque la tasa entre los chicos es 10 puntos inferior.

Por primera vez, además, hay más mujeres universitarias que hombres, un 13,9% frente al 13,2%, una cifra que ha dado la vuelta en una década, del censo de 1991 al del 2001.

En España hay un 2,6% de analfabetos, más entre las mujeres, y un 12,8% de la población no tiene estudios, también en este caso las mujeres resultan más afectadas que los hombres.

Las personas con enseñanzas básicas suponen el 48%, siempre más hombres que mujeres, salvo cuando se habla de estudios universitarios.

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