Cosas de ayer (hoy) mismo
Instrumento de agitación en los bochornosos últimos meses del Gobierno del PP, Hay motivo fue visto en numerosos lugares (asociaciones de vecinos, ateneos, fiestas populares, universidades), pero no en la televisión pública ni en las salas. Que había motivos para hacerla parece fuera de duda: no porque no se supieran los asuntos que aquí se tratan (del Yak-42 al asesinato de José Couso, de la manipulación televisiva del Prestige al apoyo del Gobierno Aznar a la agresión americana en Irak), sino porque la forma que aquí adoptan resulta del todo inédita en el cine hispano desde hace tiempo.
Varias son las características distintivas del filme. Una, su carácter obligatoriamente desigual, como desigual puede ser la inspiración o los esfuerzos puestos en la realización de cada uno de los 33 episodios que la integran. El protagonista elíptico de todo este asunto no es otro que José María Aznar. Sobre él versan algunos de los mejores momentos de un filme que abunda en ellos, y que para quien esto escribe son los de José Luis Cuerda, que recuerda el rosario de mentiras del ex presidente; el de Antonio Betancor, con un Ramon Fontseré que borda a un Aznar que dice mucho, pero cuyas palabras no se refieren a nada, y hasta el de Vicente Aranda, tal vez el más airado de todos.
HAY MOTIVO
Dirección: varios. Intérpretes: varios. Género: documental social, España, 2004. Duración: 90 minutos.
Que hay excesos y obviedades es evidente; que alguno de los sketchs se antojan un poco fuera de lugar, como el de Icíar Bollaín (que es, por cierto, el más divertido de todos), y hasta que sobra alguno, no caben apenas dudas. Pero no se puede dejar de señalar su carácter salutíferamente polémico, su propia existencia como vehículo para propiciar discusiones públicas, su hondo sentido cívico.
Babelia
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