La capilla cibernética
El superordenador más potente de Europa llegará a la Politécnica de Cataluña el 19 de noviembre
Oraciones sustituidas por bits. La antigua capilla anexa al rectorado de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), en Barcelona, albergará a partir del 19 de noviembre el superordenador más potente de Europa, el Mare Nostrum. Construido por IBM, ocupará una gigantesca pecera de vidrio y hierro en la nave central del templo.
La capilla de Torre Girona, que data de 1920, fue desacralizada hace dos décadas para destinarla a usos universitarios (clases, conferencias y conciertos). Tras consumir 19 toneladas de vidrio y 26 de hierro en su reforma, será la sede del Centro Nacional de Supercomputación (CNS, que en el extranjero tendrá la denominación de Barcelona Supercomputing Center). Destinado a la investigación biomédica, aeroespacial y climática, entre otros ámbitos, el aparato, que calcula 40 billones de operaciones por segundo, entrará en funcionamiento el 1 de enero de 2005. Si no hay sorpresas, ocupará el cuarto lugar de la clasificación Top 500 de los más potentes superordenadores del mundo.
Mare Nostrum no es precisamente un ordenador de bolsillo. Varios camiones lo llevarán desde el centro técnico de IBM en Madrid, donde se ha ensamblado y probado, a Barcelona. El montaje se prevé rápido: su construcción modular es del tipo enchufar y funcionar, como cuando en los equipos informáticos caseros se conecta una impresora nueva o un escáner. Los 4.564 procesadores que trabajarán en paralelo y los equipos de refrigeración ocuparán tanto espacio como en la vieja era de las válvulas: un cubo de vidrio de más de 160 metros cuadrados por cinco de altura. El suelo técnico, un espacio sobrepresurizado que hace llegar el aire frío al recinto superior, esconde una maraña de cables informáticos y eléctricos.
La comodidad del inquilino es relevante. En plena acción, el superordenador disipa mucho calor: es básico mantener una temperatura ambiente de 25 grados centígrados y una humedad del 50%. En una instalación soterrada, en el exterior, estarán ubicados los transformadores y los depósitos de agua.
El centro estará abierto a visitas. El antiguo coro ha sido sustituido por unas hileras de butacas y una pantalla, desde donde se podrá exhibir el equipamiento. "Queremos acercar el mundo de la supercomputación al público; por ejemplo, alumnos de secundaria", explica Mateo Valero, investigador de la UPC especializado en arquitectura de computadores y director del nuevo centro.
La cola de peticiones para utilizar la máquina crece sin parar. Ha recibido numerosas propuestas de empresas y centros de investigación: "Algún científico ya ha comentado que la necesitaría durante cinco meses", señala Valero. Habrá que esperar. Un comité de expertos, que se constituirá próximamente, será el que decidirá quién y para qué aplicaciones Mare Nostrum cederá su precioso tiempo. "No queremos tener una máquina de 4.564 procesadores para que la utilicen 4.564 usuarios, sino que algunos científicos investiguen con aplicaciones capaces de funcionar con los 4.564 procesadores al mismo tiempo", añadió Valero.
El CNS ha sido financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia (70 millones). Según el consejero catalán de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información, Carles Solà, la Generalitat aportará dos millones y medio de euros para la instalación de la máquina, y una cantidad por determinar de los aproximadamente seis millones de euros anuales que serán necesarios para su mantenimiento. El centro ha sido invitado a participar en el consorcio europeo de centros de supercomputación DEISA y ya le ha concedido una ayuda inicial de 600.000 euros.
Pero el trabajo de Mare Nostrum tiene fecha de caducidad. La tecnología es implacable y dentro de tres o cuatro años este portento de la supercomputación será superado por una nueva generación de procesadores más potentes y con menor consumo, asegura Mateo Valero.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.