Jaume Plensa define su arte como una manera de explorar el cerebro
El escultor presenta en el IVAM el catálogo de su obra gráfica
"¿Dónde quisiera vivir? En el cerebro; en el mundo de la ideas, donde más cómodo me siento". Un mundo que el artista barcelonés Jaume Plensa (1955) explora a través de diversas disciplinas, si bien es conocido sobre todo como escultor. El también dibujante y grabador presentó ayer en el IVAM el catálogo razonado de su obra gráfica, que reúne piezas que se exhibirán en la Fundación César Manrique a partir del 18 de noviembre.
Plensa hizo notar el "valor humano" de la presencia de una pestaña que involuntariamente cayó y se quedó atrapada en la contraportada del volumen, editado por el Museé des BeauxArts de Caen, el IVAM y la Fundación César Manrique de Lanzarote. "En mi obra procuro que si cae [una pestaña] ahí se queda. Es lo más fascinante del libro", comentó el artista sobre el esmerado catálogo, del que destacó su condición de ser "un espacio que puede viajar por todo el mundo, no como los museos, que son estáticos".
Residente en Berlín desde 1984, Plensa señaló que su trayectoria expositiva es "un poco irregular", debido a que necesita proyectos que le estimulen. "No he sido nunca una artista-industria", apostilló. Tampoco se ha prodigado mucho, por ejemplo, en proyectos concebidos por el Gobierno catalán o español, en los que ha "renunciado a participar". "No creo que haya un arte español o catalán, sino que hay un arte. Intento tener obra por todo el mundo y me interesa el intercambio de energías. No tengo ningún interés en representar nada", explicó el artista, que se definió en este sentido como "antinacionalista". El hecho de que hable en catalán no significa más que fue la lengua materna que aprendió de niño, agregó.
Quiso aprender a grabar por Rembrandt. "Estaba maravillado por Rembrandt, no por sus grabados en sí, sino por la fascinación que me producía el modo en que los hacía", indicó, en compañía de la directora del IVAM, Consuelo Ciscar, y el director de actividades de la Fundación César Manrique, Fernando Gómez Aguilera. El artista catalán, que goza de una gran proyección internacional, intentó imitar los métodos del maestro holandés, "con esa mezcla de ácidos que utilizaban los pintores flamencos", pero el resultado fue "un desastre".
En un texto del catálogo da más detalles al respecto: "De pronto, y al añadir el último componente a la mezcla, un humo denso y amarillo empezó a brotar espontáneamente de la botella como si el alma de Rembrandt se liberara, cual genio, de un eterno cautiverio, inundando el espacio con una nube tóxica y asfixiante". "Es como leer equivocadamente la tradición", zanjó ayer la cuestión.
Ya con sus propios métodos, Plensa explora a través del grabado "cosas que no pueden explorar el dibujo o la escultura". El grabado no es una reproducción de ambas disciplinas, sino que "es una manera de profundizar en un lenguaje propio"; es "un auténtico laboratorio de investigación", sostuvo.
El catálogo reúne los grabados y libros de Plensa realizados desde 1978 y 2003. El proyecto surgió de la mano de la estudiosa Caroline Joubert a propósito de la exposición sobre la obra gráfica de Plensa en Caen. Más tarde fue asumido por la fundación de Lanzarote y el IVAM.
Gómez Aguilera señaló que la obra gráfica del escultor se caracteriza por su "vinculación con la palabra". En su opinión, Plensa es "un poeta que se sirve de un medio que no es estrictamente la escritura convencional, pero que está muy aferrado a la palabra". Así, el volumen ofrece una "cartografía de sus pulsiones creativas", de 25 años de trabajo "de un autor, errante, que desprecia la programación".
Ciscar recordó que Plensa perteneció a la generación de "jóvenes artistas que revolucionó el panorama artístico español durante la década de los años ochenta, erigiéndose en creador multidisciplinar".
Babelia
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