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LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA | Perfil del líder demócrata

Richard Holbrooke, un hombre para el futuro

John Kerry era consciente ayer de que, en caso de victoria, uno de los problemas más fáciles y difíciles al mismo tiempo iba a ser el de formar Gobierno y tener un Gabinete listo para el 20 de enero, la fecha de la toma de posesión. Fácil porque entre su gente hay muchas personas capaces para los puestos necesarios. Y difícil porque Kerry se ha ido rodeando de muchos colaboradores. Y en caso de vencer, con su estilo dubitativo y reflexivo no tendría más remedio que ir descartando a gente entre su vieja guardia de Massachusetts, su equipo del Senado, la gente que le ha prestado Ted Kennedy, los asesores que repescó de Al Gore y los paracaidistas que le envió Clinton.

Kerry tendría que decidir cuanto antes sobre un puesto tan importante como codiciado: la Secretaría de Estado de un Gobierno cuyo cometido sería que el de recuperar las deterioradas relaciones con los aliados. Hay dos figuras entre las que Kerry tendría que elegir: el ex embajador ante la ONU y ex enviado especial a los Balcanes Richard Holbrooke y el senador Joseph Biden.

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Cicatrizar heridas

Una de las bazas que Kerry podría jugar, en caso de victoria, para demostrar su voluntad de intentar que cicatricen las heridas de la división que la feroz campaña electoral ha dejado, sería la de llevar a un republicano moderado al Gabinete.

Ese republicano, según el periodista Jim Vandehei, de The Washington Post, debería ocupar el puesto de Defensa o la Secretaría de Estado (una forma elegante de resolver la pugna entre Holbrooke y Biden, aunque tampoco sería fácil que el aparato demócrata consienta en ceder la diplomacia a un republicano). Los posibles candidatos republicanos a esos puestos en un supuesto Gobierno demócrata serían los senadores Richard Lugar y Chuck Hagel y el ex senador Warren Rudman. Otro nombre que circulaba era el de Richard Armitage, actual mano derecha de Colin Powell en el Departamento de Estado.

El nuevo Gobierno sacaría buen partido de la gente probada en los ocho años de presidencia de Clinton. Uno de los principales es Robert Rubin, ex secretario del Tesoro. Rubin tiene la credibilidad para suceder a Alan Greenspan al frente de la Reserva Federal, el equivalente al Banco Central de EE UU.

Para los puestos relacionados con Justicia y Seguridad Nacional, así como para hacerse cargo de la CIA, se mencionaban esta semana a varios componentes de la comisión que investigó el 11-S, desde sus dos presidentes -Thomas Kean, republicano, y Lee Hamilton- hasta Jamie Gorelick, una de las más ardientes críticas del actual Gobierno durante las sesiones públicas de la comisión.

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