Las fumigaciones aéreas enfrentan a agricultores y ecologistas
Las fumigaciones aéreas contra la mosca del olivo han reabierto en las últimas semanas el enfrentamiento entre los agricultores y los grupos ecologistas. Mientras los primeros defienden estos tratamientos como "la fórmula más eficaz" para luchar por la calidad del aceite de oliva, Ecologistas en Acción cuestiona las prácticas empleadas y alerta sobre el impacto para la biodiversidad animal y vegetal.
Las fumigaciones aéreas, que se han retomado en las últimas semanas para combatir el mosquito que produce la enfermedad de la lengua azul, se desarrollan fundamentalmente en las provincias de Jaén, Córdoba y Granada y tienen el objetivo de combatir la mosca del olivo, un insecto que no sólo reduce la cosecha sino que merma de forma considerable la calidad del aceite. Se lleva a cabo por la Consejería de Agricultura, a través de asociaciones que se forman para los tratamientos colectivos, y se financian con cargo al Programa de Mejora de Calidad del Aceite de Oliva.
Para Agustín Rodríguez, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), se trata del "tratamiento más eficaz y el que mayores garantías por la normativa existente al respecto". A su juicio, la prueba del éxito de esas campañas se traduce en una mejora considerable en la calidad del aceite en las últimas campañas. "Si no se combate la mosca del olivo no tendríamos aceite virgen extra", dice.
Agricultura ecológica
Sin embargo, la UPA admite que es preciso extremar los cuidados, e incluso suprimir, las fumigaciones aéreas en zonas de agricultura ecológica. El pasado mes de agosto una avioneta que sobrevolaba explotaciones de olivar ecológico en la Sierra de Segura (Jaén) lanzó productos fitosanitarios erróneo, lo que indignó a los productores de la zona. También se han realizado manifestaciones de protesta en Alcalá la Real. El presidente del Comité Andaluz de Agricultura Ecológica, (CAAE), Francisco Casero, ha pedido el cese de esos trabajos en estas zonas.
Por su parte, los grupos ecologistas denuncian que las fumigaciones aéreas contra la mosca del olivo dañan seriamente al medio ambiente, deterioran la biodiversidad, impiden la agricultura ecológica y comportan un serio riesgo de intoxicación para las poblaciones donde se realiza. El diputado nacional de los Verdes en el Congreso, Francisco Garrido, denunció que estos tratamientos aéreos implican "matar moscas a cañonazos químicos, envenena el aire, las plantas, los suelos, mata animales y hace enfermar a las personas". Los Verdes solicitan la prohibición de la fumigación aérea del olivar y la sustitución del dimetoato por técnicas ecológicas de lucha contra plagas.
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