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LA CONFERENCIA DE PRESIDENTES

Zapatero apuntala la cumbre de presidentes

El Gobierno reúne a los 17 jefes de los Ejecutivos autónomos y promete una nueva financiación de la sanidad

Luis R. Aizpeolea

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, logró reunir ayer en el Senado a los presidentes de las 17 comunidades y de las dos ciudades autónomas en la primera Conferencia de Presidentes de la historia de la democracia. Esa reunión será a partir de ahora anual y los acuerdos que se alcancen en ella se convertirán en ley. Zapatero anunció ayer que la próxima cumbre se celebrará en primavera, y en ella el Gobierno propondrá un nuevo modelo de financiación autonómica para resolver los problemas que sufren las comunidades para costear su sistema sanitario. El presidente vasco, Juan José Ibarretxe, señaló que había acudido a la reunión para "ofrecer y pedir respeto para las decisiones de los pueblos". El presidente catalán, Pasqual Maragall, consideró "un hito histórico" la celebración de la Conferencia.

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"La Conferencia de Presidentes que hoy nace va a tener consecuencias enormemente favorables para la cohesión de nuestro modelo territorial". Así calificó ayer la primera cumbre de presidentes autonómicos de la historia de la democracia española el jefe del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, tras la reunión de tres horas, una más de lo previsto, que celebró en el Senado, a puerta cerrada, con todos los presidentes autonómicos. Zapatero, que en esta cita estuvo flanqueado por los presidentes del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, y el de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, se mostró visiblemente satisfecho por haber sentado a ambos en la misma mesa con todos los demás presidentes, incluidos los del PP, en un clima de "diálogo y respeto". Prueba de la expectación que concitó esta conferencia fue la presencia de 670 periodistas acreditados para seguir el evento, un récord en la historia del Senado.

La conferencia se compromete, como primera conclusión, a debatir la reforma de la ley de financiación sanitaria en una próxima sesión que se celebrará en la primavera de 2005. Para esa sesión, el Gobierno presentará un informe con la pretensión de que, si hay acuerdo en la conferencia, la reforma sea tenida en cuenta en los Presupuestos Generales del Estado de 2006. Zapatero definió los objetivos del nuevo modelo sanitario: "moderno, sostenible en su financiación y que garantice y mejore la calidad de las prestaciones". Maragall ofreció Barcelona como sede de la próxima reunión de la Conferencia de Presidentes.

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El jefe del Ejecutivo central expresó su satisfacción por el éxito de la conferencia, que ha logrado institucionalizarse, tras la reunión de ayer, con una sesión anual, al menos, y con un contenido político. Señaló también que se ha logrado abrir "una etapa de marcha hacia adelante por la vía del diálogo", en alusión a que si esta Conferencia de Presidentes ha sido posible, "pese a que el camino no ha sido recto ni llano", también lo puede ser la reforma constitucional para hacer del Senado una Cámara territorial.

También concluyó que en la sesión de ayer se consolidó un método de trabajo de este foro. "El Gobierno ha asumido el compromiso de llevar a la práctica aquellas cuestiones que tengan el gran consenso político en la conferencia". En este sentido, Zapatero anunció, en la rueda de prensa posterior al cónclave, que antes de fin de año el Gobierno regulará por ley la participación de las comunidades autónomas en las instituciones de la Unión Europea, incluidos los Consejos de Ministros, así como la posibilidad de que las comunidades autónomas puedan acceder directamente al Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea. Estas cuestiones fueron consensuadas en la sesión de ayer.

Zapatero adelantó, asimismo,como temas posibles para la conferencia de la primavera de 2005, además de la reforma de la sanidad, la inmigración, la seguridad pública y el sistema de ciencia e investigación. Estos temas fueron sugeridos por los presidentes de diversas comunidades en sus respectivas intervenciones. El abordaje del déficit sanitario fue una reclamación prácticamente unánime en las intervenciones de los presidentes.

Todos los presidentes autonómicos, sin excepción, hablaron por estricto orden protocolario, empezando por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, según la presentación en el tiempo de los estatutos de autonomía respectivos en las Cortes, lo que retrasó la reunión más de una hora sobre las previsiones. Zapatero abrió la sesión con una breve intervención en la que glosó el sentido de la conferencia y los objetivos de su primera sesión. También cerró con el comentario de las conclusiones de la reunión.

Todos los presidentes de las comunidades gobernadas por el PP coincidieron en proponer que se debata el modelo territorial y las reformas constitucional y estatutarias en la conferencia. En un momento determinado, Zapatero tomó la palabra y dirigiéndose a Maragall, sentado a su izquierda, le preguntó: "¿Tendrías algún inconveniente en hacerlo?". Maragall respondió que ninguno.

En ese momento, el presidente de Navarra, Miguel Sanz, del PP, preguntó a Ibarretxe si él también tendría inconveniente. Zapatero miró al lehendakari y éste respondió que él tampoco tendría inconveniente. No obstante, el lehendakari adelantó que para él y su Gobierno su modelo territorial es "respetar lo que decidan los vascos". Zapatero, en la rueda de prensa posterior a la reunión, apuntó que la cuestión territorial puede entrar en la agenda de la conferencia que se celebrará en la primavera.

La intervención de Ibarretxe, después de la de Zapatero, suscitó mucha curiosidad por ser la primera vez que el lehendakari hablaba en un foro multilateral en España. Ibarretxe se ciñó a la agenda que propuso Zapatero. Mostró su disposición a participar en la próxima Conferencia de Presidentes, en la que se abordará el déficit de la sanidad, y dejó abierta la posibilidad de intervenir en el debate sobre el Estado de las autonomías que se celebrará en enero, también en el Senado. Mostró su disconformidad con el modelo de participación de las comunidades en las instituciones europeas por "insuficiente".

Ibarretxe inició sus palabras con una petición de respeto a sus posiciones políticas, que fue reconocida en su intervención y a lo largo de la sesión. También fue seguida respetuosamente por todos los presidentes la intervención de Maragall, quien además de extenderse sobre el grave reto del déficit sanitario, defendió un modelo de reforma del Senado similar al del Bundesrat alemán, esto es, una Cámara alta con participación de los Gobiernos autónomos.

Los presidentes del PP no dieron la batalla para imponer en la agenda de la reunión la declaración política sobre su modelo territorial que habían hecho pública la víspera y que el martes, en la reunión preparatoria de la conferencia, el portavoz de los consejeros autonómicos del PP, Ignacio González, amenazó con presentarla como texto alternativo al de la conferencia.

Ayer, los presidentes del PP no cayeron en esa tentación. Al final de la reunión, el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, entregó un mazo de papeles al ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, que actuó como secretario. Sevilla aseguró posteriormente que entre esos papeles no figuraba la declaración política del PP, sino propuestas particulares de Fraga.

Favoreció el buen clima de la reunión la intervención del presidente de la Xunta de Galicia, que habló tras Ibarretxe y Maragall, con su exaltación de la Conferencia de Presidentes y el recuerdo de que él la había reclamado hacía ya diez años. También contribuyó a ello el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, que intervino tras Fraga y reclamó apasionadamente a los asistentes que se comportaran como presidentes autonómicos y no como militantes de partido.

El buen clima entre los presidentes autonómicos también se extendió a los pasillos. El presidente de Castilla y León, Vicente Herrera, del PP, dijo que esta conferencia ha sido posible por "las exquisitas formas del presidente Zapatero". Y el de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, del Partido Regionalista de Cantabria, manifestó que "sólo Zapatero es capaz de reunir a todos".

Medios próximos a Juan José Ibarretxe señalaron que el lehendakari ha participado por "habérselo pedido Zapatero". Zapatero y el ministro Jordi Sevilla empezaron a preparar esta conferencia en mayo, con la doble ronda de presidentes que protagonizaron, y con gestos como la retirada de recursos contra comunidades autónomas en el Tribunal Constitucional y la cesión de traspasos pendientes.

Tras la reunión y las ruedas de prensa del jefe del Gobierno y los presidentes autonómicos, todos ellos se dirigieron al Palacio Real, donde almorzaron con los Reyes así como el príncipe Felipe y doña Letizia Ortiz. Llegaron al palacio pasadas las tres de la tarde, con una hora de retraso sobre el horario previsto. Tanto Zapatero como algunos presidentes autonómicos se excusaron ante los Reyes por el retraso: El monarca contestó: "No os preocupéis, estabais cumpliendo con vuestra obligación".

El Rey sentó a su derecha a Zapatero y a su izquierda a Maragall. La Reina se situó entre Fraga e Ibarretxe (a su derecha). El lehendakari tuvo a su izquierda al presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, y enfrente al de Castilla-La Mancha, José María Barreda; el de Melilla, Juan José Imbroda, y el de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. El Rey expresó su satisfacción por reunir a todos los presidentes y mostró su confianza en que la conferencia se mantenga.

Zapatero trató, al final de su intervención, de explicar el éxito de este cónclave: "Es mi visión de cómo se puede gobernar mejor esta España, este proyecto común, plural, que tiene en el diálogo su gran fuerza cuando se lidera adecuadamente".

Zapatero conversa con Ibarretxe en presencia de Maragall.
Zapatero conversa con Ibarretxe en presencia de Maragall.GORKA LEJARCEGI

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