Ibarretxe: "He venido a ofrecer y pedir respeto para las decisiones de los pueblos"

El paso por la Conferencia de Presidentes del lehendakari, Juan José Ibarretxe, el líder más esperado, queda reflejado en el resumen que hizo otro dirigente en las antípodas políticas del vasco, el gallego Manuel Fraga: "Ha estado correctísimo", señaló. Ibarretxe contó después que en la reunión había expuesto "con serenidad" su doctrina sobre el derecho de autodeterminación: "No es posible un proyecto de Estado en común si no se acepta la voluntad de las partes que lo componemos", dijo. En tono siempre conciliador, el lehendakari concluyó: "He venido a ofrecer y pedir respeto a las decisiones de los pueblos".

En una brevísima comparecencia, que finalizó abruptamente con la excusa de que el Rey esperaba para almorzar, Ibarretxe repitió una decena de veces, en euskera y castellano, la palabra respeto. Ése fue, de hecho, su mensaje principal.

El lehendakari comenzó por explicar por qué estaba allí, ya que su presencia no se confirmó hasta última hora. "Mi presencia se debe a que creo firmemente en el diálogo sin exclusiones y sin condiciones. Hay que hablar con todos y de todo. He debatido con otros presidentes, he escuchado argumentos con los que no estoy de acuerdo, pero los respeto porque esas ideas son igual de legítimas que las que yo defiendo como lehendakari". "Yo respeto las decisiones de todos los parlamentos sobre cómo quieren vivir y qué nivel de autogobierno quieren tener, y solicito a todos el mismo respeto al Parlamento vasco", insistió.

A pesar de esta buena disposición, Ibarretxe no quiso aclarar si volverá en la próxima convocatoria de la conferencia. "El apetito viene comiendo", ironi-zó. "En el futuro veremos si es un instrumento válido o no. Todas las iniciativas que ponemos en marcha hay que tratar de activarlas. Lo que sí es cierto es que el diálogo es absolutamente necesario", concluyó.

En cualquier caso, Ibarretxe también quiso aclarar que este tipo de reuniones multilaterales no pueden sustituir al "diálogo bilateral entre Euskadi y España", verdadera prioridad de los nacionalistas vascos, con la intención de lograr "una relación amable", tal como la definió.

Tan conciliador estaba, que ni siquiera quiso entrar a polemizar con las discrepancias que se habían producido dentro de la reunión: "Había un buen número de presidentes del PP y del PSOE, y estaba yo para dar una visión diferente, pero no voy a ser yo quien haga de amplificador de unos y de otros".

El ambiente de cordialidad que protagonizó el lehendakari le hizo incluso comprometerse con el presidente aragonés, Marcelino Iglesias, con quien se cruzó en un pasillo, a visitar esa comunidad. "Tú eres montañero, allí tienes el Pirineo para disfrutar", le decía Iglesias para convencerle.

Ibarretxe señaló las principales reclamaciones que había expuesto durante la reunión. Todas ellas son compartidas por otros presidentes. Primero, la necesidad de que las "naciones sin Estado" tengan un reconocimiento en la Constitución europea de su "papel activo". También quiere que las autonomías tengan "participación directa" en el Tribunal de Justicia Europeo, y que las comunidades constituyan circunscripciones aparte en las elecciones europeas.

Además, Ibarretxe pidió que el euskera, "la lengua más antigua de Europa, único rasgo vivo de la prehistoria europea", sea oficial en la UE. "No tiene sentido que no sea oficial, y lo mismo sucede con el catalán o el gallego", explicó. Fraga dijo luego que el lehendakari había "escuchado a todo el mundo" y había estado "correctísimo".