Los presidentes del PP califican de "iniciativa positiva" la foto con todas las autonomías

Los presidentes de las autonomías gobernadas por el PP calificaron ayer de "iniciativa positiva" la celebración de la primera Conferencia de Presidentes, "incluso si se queda en una foto", pues "no faltó absolutamente nadie" y se quedó en abordar cuestiones "de fondo", incluso sobre las reformas de estatutos de autonomía, en las próximas citas. Durante la reunión, ningún mandatario del PP pidió que se sometiera a debate la declaración política que a este partido le gustaría que respaldara la conferencia. Manuel Fraga reveló que le entregó el texto al ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla.

Rajoy defiende que se haga un juicio "benevolente" porque es la primera cumbre

Manuel Fraga, presidente fundador del PP y de la Xunta de Galicia, se convirtió ayer en el principal protagonista entre los presidentes autonómicos de ese partido que participaron en la Conferencia de Presidentes. Antes de acudir a la cumbre celebrada en el Senado, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, invitó a desayunar en la Puerta del Sol a sus homólogos de las ocho autonomías gobernadas por el PP y de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. A ese desayuno acudió el secretario general del PP, Ángel Acebes, y la secretaria de Política Autonómica y Local, Soraya Sáenz de Santamaría. Según tres de los participantes, Acebes hizo un resumen de las dos reuniones preparatorias y recordó que la posición del PP está reflejada en los siete puntos de la Declaración difundida por ese partido el miércoles a través de distintos medios de comunicación.

Varios presidentes del PP, según las mismas fuentes, advirtieron de la posibilidad de que el Gobierno y los demás participantes no vieran bien debatir un asunto que no estaba recogido en el orden del día. En ese momento, Fraga se ofreció a "entregar al secretario de la reunión el documento". Argumentó que él iba a ser el primero en tomar la palabra, dentro de los presidentes de su partido, y que lo importante es que quede constancia de la posición de los populares cuando se levante acta de la reunión. El presidente gallego, además, reclama la paternidad de la idea de la Conferencia de Presidentes y se remonta a 1992. Afirma que no pudo ponerse en marcha durante los ocho años de mandato del PP, "por el rechazo de los socialistas".

Fraga llevaba una amplia carpeta de documentos sobre Galicia que también quería trasladar al ministro de Administraciones Públicas, como secretario de la conferencia. El problema es que el ministro Jordi Sevilla, al revisar después la documentación que le había entregado Fraga, no encontró la declaración del PP que había leído en los periódicos.

En todo caso, según participantes en el desayuno en la Puerta del Sol, no hubo ninguna discusión sobre si convenía o no intentar forzar un debate sobre el documento del PP. Fraga, en rueda de prensa, tildó de "pavada" esa versión, que surgió después de que el presidente de Navarra, Miguel Sanz, de Unión del Pueblo Navarro (la marca del PP en esa autonomía), dijera que ésta no se iba a "debatir".

Pese a esta múltiple versión de total acuerdo para no exigir que el documento del PP se discutiera, dos de los consejeros populares que han trabajado en las reuniones preparatorias expresaron su decepción porque la actuación conjunta de sus presidentes no fuera "más beligerante".

El resumen de la posición oficial del PP sobre esta primera Conferencia de Presidentes lo hizo horas después Mariano Rajoy, presidente de ese partido. Aseguró que "hay que hacer un juicio benevolente" de la reunión porque "es la primera", pero criticó que "no se adoptara ningún acuerdo importante".

Tras la cumbre en el Senado, los presidentes del PP destacaron como uno de los elementos más positivos de la reunión que en próximas Conferencias de Presidentes se vayan a debatir las reformas de Estatutos que quieren poner en marcha las autonomías y, de forma destacada, las de Cataluña y el País Vasco. Relataron que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, invitó a Pasqual Maragall, presidente de la Generalitat de Cataluña, a exponer en la próxima cumbre su plan de reforma estatutaria. Uno de los presidentes preguntó si tal invitación podría hacerse extensiva al lehendakari, Juan José Ibarretxe. Según el relato de los presidentes del PP, Ibarretxe tomó la palabra para decir que está dispuesto a contarles su Plan, en el bien entendido de que opinar sobre él es, a juicio del lehendakari, competencia exclusiva de "los vascos y las vascas".

Ibarretxe fue el único que tuvo así más de una intervención. Los demás se limitaron a hacer una exposición, por un tiempo algo superior al minuto y medio tasado de antemano, de sus posiciones. Y así cada uno puso el énfasis en aquello que le preocupa más. Por ejemplo, el de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, subrayó su reclamación de agua y del Plan Hidrológico Nacional; el de Navarra, Miguel Sanz, se quejó de que los Presupuestos del Estado de 2005 prevén una inversión pública en su comunidad un 52% más baja de la de este año...

El resumen más crítico lo expuso la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Tildó la conferencia de "iniciativa positiva, incluso si se queda en una foto" siempre que ésta represente "un símbolo de cooperación para solucionar los problemas de los españoles". Pero Aguirre apostilló que si en el futuro no se entra en "un debate de fondo" sobre la "España única, plural y diversa", y se "quiere encubrir un proyecto de secesión" la conferencia será "la foto de la hipocresía".