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'EL HOMBRE DE FLORES'

Hallada una especie humana de un metro de altura que vivió hace 18.000 años en Indonesia

El nuevo homínido, junto al que se han encontrado restos de herramientas, vivió a la vez que el hombre moderno

Un nuevo y sorprendente primo se ha añadido a la familia a la que pertenece el Homo sapiens, el único homínido viviente. Es el hombre de Flores, un pariente que sólo medía un metro y tenía un cerebro pequeño, como el de un chimpancé. Vivía en la isla de Flores hace sólo 18.000 años, lo que indica que coexistió, en el tiempo al menos, con el hombre moderno, igual que pasó con los neandertales en Europa, y ya tiene nombre científico -Homo floresiensis-. Restos de un ejemplar de esta nueva especie (partes de un esqueleto de una mujer adulta) presentada hoy en la revista Nature, fueron encontrados en un interesante yacimiento en una cueva. En ella también hay numerosos restos de herramientas que parecen indicar que un ser tan primitivo podía tallar piedra y hacer otras cosas que hasta ahora se asociaban con homínidos mucho más desarrollados.

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Los restos en sí indican algo muy importante, explican los paleontólogos australianos e indonesios autores del estudio de este pigmeo arcaico: que la diversidad humana es mucho mayor de lo que se creía. Hasta ahora lo que estaba aceptado es que en Asia, durante el pleistoceno sólo existieron dos especies del género Homo, el Homo erectus y el Homo sapiens, que se caracterizan ambas por ser más altos y tener un cerebro más grande y dientes más pequeños que los australopitecos que vivieron antes en África.

El Homo floresiensis, aunque muy moderno y encontrado en un lugar remoto, ha venido a cambiar este panorama, señalan otros expertos en la misma revista. Si va a quedarse como una curiosidad en la historia de la evolución humana o va a representar algo más todavía está por ver. Sus descubridores creen que la nueva especie pigmea tuvo su origen en el Homo erectus, que llegó a la zona hace dos millones de años y era mucho mayor, y evolucionó a partir de ella en los últimos centenares de miles de años en las condiciones de total aislamiento de la isla de Flores. La discusión no ha hecho más que empezar, sin embargo, a juzgar por las reacciones que se empezaron a producir ayer ante este anuncio.

"Parece una broma", aseguró ayer el paleontólogo español Juan Luis Arsuaga, de la Universidad Complutense. "La primera reacción es de estupor, sobre todo por lo reciente que es. Nosotros [el Homo sapiens] llevábamos ya miles de años haciendo pinturas muy evolucionadas en Europa cuando vivió este enano, y nuestra especie llegó a Australia hace 40.000 años". Además, a este experto le extraña muchísimo que un ser tan pequeño y tan poco evolucionado fuera capaz de tallar herramientas y cazar elefantes, como proponen los investigadores australiano e indonesios. "Por lo pronto sólo pudo llegar a la isla navegando y un ser así no debía de ser capaz de navegar". Aún dejando aparte este escollo, Arsuaga es de la opinión de que la industria lítica encontrada -las herramientas- no corresponden a esta sorprendente especie, sino al Homo sapiens. "Enanos con cerebro de chimpancé y tecnología moderna que cazan elefantes. Es increíble", comenta. "No se sabe cuándo llegó esta última especie a la isla, pero se puede pensar que la industria es suya y que fue la especie que causó la extinción de los pigmeos", añade.

En realidad no se trata de pigmeos como los actuales en algunas zonas del mundo, que son humanos modernos con el mismo cerebro, aunque no crecen como los demás en la adolescencia, sino seres mucho más pequeños en general. Para Arsuaga sus ascendientes serían, en todo caso, los australopitecos africanos, de menor tamaño que el H. erectus.

"Es un hallazgo extraordinariamente importante", aseguró ayer en Londres Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres. "Desafía el concepto mismo de lo que nos hace humanos".

Ignacio Martínez, también paleontólogo, en la Universidad de Alcalá de Henares, cree que el descubrimiento plantea tantas preguntas que no se va a aceptar sin más. "Es casi un fósil viviente, algo revolucionario y se va a debatir mucho. Como siempre en paleontología hay que esperar para tener más datos y ver si es aceptado y en qué términos. En la misma isla hay un yacimiento que se dijo hace unos años que tenía 800.000 años de antigüedad y todavía se discute si lo encontrado son herramientas o no". Martínez duda también del origen del hombre de Flores y piensa que es mucho más lógico deducir que es un descendiente de los Homo ergaster primitivos que vivieron en Georgia (los primeros euroasiáticos), en vez de antepasado de Homo erectus.

Los descubridores del yacimiento dicen que tienen otros ejemplares incluso más modernos, aunque todavía no los han estudiado a fondo. Uno de ellos, Peter Brown, de la Universidad de New England en Armidale, aseguró ayer: "El descubrimiento de estos homínidos en una aislada isla en Asia, con elementos de comportamiento humano moderno en la fabricación de herramientas y en la caza es verdaderamente notable y no podía haber sido predicha por descubrimientos anteriores". El ejemplar que se presenta hoy se encontró en septiembre de 2003 en el yacimiento de Liang Bua en muy buen estado y ni siquiera fosilizado, dada su modernidad.

Un aspecto muy interesante de lo que todavía está por llegar respecto al hombre de Flores es la posibilidad de realizar análisis de su material genético, debido a la buena conservación de los restos. Este análisis del ADN mitocondrial, que se realizará probablemente muy pronto aunque ayer los científicos no lo comentaron, permitirá conocer el grado de diferencia entre los humanos actuales y estos homínidos casi modernos. Seguramente también permitirá datar con cierta precisión su origen y evolución. Es un método que hasta ahora sólo se ha podido aplicar a los neandertales, extinguidos hace 30.000 años, y ha permitido saber que genéticamente eran muy distintos de nosotros.

Calavera del <i>hombre de Flores,</i> a la izquierda, junto a una calavera humana actual.
Calavera del hombre de Flores, a la izquierda, junto a una calavera humana actual.PETER BROWN

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