Los enigmas de la insularidad
Las islas son lugares donde pasan cosas extrañas en la evolución biológica, explican los expertos, y no hay más que recordar el papel clave de las islas Galápagos en la elaboración por Darwin de la teoría de la evolución. De ahí la riqueza de las islas en especies endémicas que sólo se encuentran en un lugar determinado del planeta (un ejemplo es Canarias). Plantas y animales se desarrollan, incluso durante millones de años, en completo aislamiento y pueden convertirse en versiones gigantes o versiones enanas de sus ancestros, aparte de adquirir nuevas características.
Por lo que se sabe de la geología de la zona, la isla de Flores nunca ha estado ligada al continente desde mucho antes de que evolucionaran los primeros homínidos en África. Según el arqueólogo Eudald Carbonell, aunque es difícil determinar el motivo, en el enanismo de la nueva especie humana pigmea Homo floresiensis "han podido intervenir factores climáticos, ecológicos y la ausencia de mezclas. En otras especies animales, como por ejemplo los elefantes, el enanismo viene determinado por la alimentación y la adaptación al medio".
La referencia a los elefantes es adecuada porque se ha descubierto en Flores un mastodonte o elefante arcaico también enano, el Stegodon, e incluso se especula con la posibilidad de que estos pigmeos cazasen estos animales para su supervivencia y que ambos -cazador y presa- sucumbiesen hace 12.000 años en una erupción volcánica. En la misma isla ha habido dragones de Komodo y lagartos gigantes.
La evolución de las especies en las islas puede ser bastante rápida, pero los expertos tardarán probablemente mucho en ponerse de acuerdo, mientras no haya nuevos datos, sobre cuándo surgió Homo floresiensis.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.