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Norman Foster defiende la Europa de las ciudades, con más calidad de vida

El arquitecto británico inaugura la III Conferencia Internacional sobre Automoción y Urbanismo

El arquitecto británico Norman Foster (Manchester, 1935), lord Foster of London, es partidario de la Europa de las ciudades, con un control del desarrollo, mayor calidad de vida, con las mejores aportaciones de lo público y lo privado, el renacimiento del transporte público y la reinvención del automóvil. El autor de la torre de Collserola, de Barcelona, y el metro de Bilbao inauguró ayer la III Conferencia Internacional sobre Automoción y Urbanismo, que se celebrará hasta mañana bajo el título de Europa: la ciudad ideal, organizada por la Fundación Eduardo Barreiros y Sistema Mapfre.

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La presidenta de la Fundación Eduardo Barreiros, Mariluz Barreiros, dijo en la presentación de las jornadas, que van a reunir a 34 expertos de diversas disciplinas, que la intención de la fundación y el museo es "mantener viva la memoria de quien la inspiró". "Intentamos convertir lo que podría haberse visto en su principio como un proyecto de familia en un instrumento eficaz de servicio a la sociedad, en su vínculo existencial con el fenómeno de la automoción".

En la mesa presidencial participaron José Manuel Martínez, presidente del Sistema Mapfre (quien pidió soluciones para establecer buenas relaciones entre la ciudad, el automóvil y el ciudadano); María Dorinda Ramos, viuda de Eduardo Barreiros y presidenta de honor de la fundación; Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, y Alberto Ruiz-Gallardón, alcalde de la ciudad.

Norman Foster fue presentado por el arquitecto Rafael Moneo (Tudela, Navarra, 1931) y los dos celebraron un breve encuentro con los medios antes de intervenir. "La ciudad ideal es un gran lugar donde encontrarse, con una gran variedad de personas, una rica mezcla de actividades, aprende de la ciudad tradicional, con buenos accesos peatonales y mucho espacio verde". Así definió Foster la ciudad ideal, que es "una ciudad para el futuro", a la que incorpora una alta densidad, últimas tecnologías y automóviles limpios y seguros. A Moneo le gustó la descripción, pero considera que la ciudad ideal es aquella "que perseguimos todos los días, por la que luchamos, que se presenta inalcanzable, pero la ciudad en sí misma es la que genera las expectativas. El futuro ya está implícito en el presente, la ciudad inmediata es la que conocemos. No creo que al proyectar la imagen de la ciudad ideal del siglo XXI vaya a corresponder con el siglo XXI. Me resulta difícil ofrecer una imagen física de la ciudad del mañana". Foster cree, al referirse a la escala europea, que las ciudades existentes, tras un crecimiento continuo, están constantemente en un reequilibrio, adaptándose a los cambios tecnológicos, de transportes, de zonas industriales. "Tenemos que colocar la ciudad europea en un contexto global más amplio", señaló, para recordar que para el año 2015 habrá 23 megaciudades, con más de diez millones de habitantes cada una, la mayoría en países en vías de desarrollo. "Este crecimiento no es sostenible", afirmó.

Un aspecto central de los proyectos de Norman Foster es el tratamiento de la energía, y relacionó las ciudades con la densidad y la riqueza, con los planteamientos de centro y suburbios, con el consumo de energía por los desplazamientos, muy superior al de los propios edificios. Se refirió a su proyecto de la Torre Repsol, en el solar de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, que tendrá cristales que recortan la energía solar, sistemas de ahorro y turbinas de viento.

En las relaciones de ciudad del futuro y el automóvil, Foster se mostró partidario de establecer zonas peatonales, que admita algún tráfico, y grandes espacios subterráneos con zonas de servicios. "Lo más importante es el equilibrio, y para ello cuenta un nuevo uso del automóvil, un renacimiento del transporte público, con tranvías y trenes".

Rafael Moneo no se declaró tan optimista con la solución del transporte público para satisfacer las necesidades "de un medio individual, tan denostado y tan capaz de representar las conquistas de los derechos individuales". Calificó el coche de "bestia negra" y destructor de nuestras ciudades, que ya fue planteado por Le Corbusier en los años veinte. "El coche es el elemento que mejor refleja las contradicciones de nuestro mundo y nuestras ciudades. El coche es muy contradictorio, nos hace más libres y al mismo tiempo el empleo de los medios técnicos es menos racional".

De izquierda a derecha, Alberto Ruiz-Gallardón, Rafael Moneo, Elena Ochoa, Norman Foster, Mariluz Barreiros, María Dorinda Ramos (viuda de Eduardo Barreiros), José Manuel Martínez y Esperanza Aguirre, ayer en la inauguración de la III Conferencia Internacional sobre Automoción y Urbanismo.
De izquierda a derecha, Alberto Ruiz-Gallardón, Rafael Moneo, Elena Ochoa, Norman Foster, Mariluz Barreiros, María Dorinda Ramos (viuda de Eduardo Barreiros), José Manuel Martínez y Esperanza Aguirre, ayer en la inauguración de la III Conferencia Internacional sobre Automoción y Urbanismo.LUIS MAGÁN

Un lord en la M-30

Lord Foster of London, como le llamó Rafael Moneo, y su esposa, la española Elena Ochoa, recogieron un papel amarillo que les tendió un representante de la Plataforma M-30 mientras les decía: "Es un despropósito". A su lado estaban la presidenta de la Comunidad de Madrid y el alcalde de la ciudad, mientras se dirigían al salón para inaugurar la conferencia internacional sobre automoción y urbanismo. En la entrada a Mapfre, más reparto de hojas y una pancarta con un "No + coches en la M-30" y "Otro Madrid es posible". Sobre otras actuaciones urbanas en la ciudad, Foster no se pronunció al desconocer estos proyectos. Antes de los discursos, Mariluz Barreiros disculpó la ausencia de las anunciadas ministras de Cultura, Carmen Calvo, que a la misma hora estaba en la inauguración de la exposición de Tàpies en el Reina Sofía, con la infanta Cristina, y de Vivienda, María Antonia Trujillo, que había tenido que adelantar un viaje a Costa Rica. La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, se incorporó tarde, tras regresar de Málaga.

Foster comenzó su conferencia sobre la Europa de las ciudades, que era retransmitida, como todos los actos de la reunión, en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura. Desde su ordenador portátil salían imágenes y cifras sobre la necesidad urgente de dirigir el impacto de la humanidad sobre el medio ambiente y su experiencia cotidiana sobre la insostenibilidad del urbanismo incontrolado de baja intensidad y la imparable dependencia del automóvil.

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