La OMS alerta de que el riesgo de enfermedades cardiovasculares está aumentando en los niños
Los niños y adolescentes constituyen uno de los colectivos en los que más aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, un tipo de patologías que afectan cada vez más a los países en vías de desarrollo. En todo el mundo está aumentando el número de niños con sobrepeso, que tienen entre tres y cinco veces más riesgo de sufrir un infarto en la edad adulta, subraya la Federación Mundial del Corazón.
En el mismo sentido se ha pronunciado la OMS, que advierte de que, en la actualidad, niños y mujeres se encuentran en situación de riesgo y el "80% de la carga se encuentra en los países de ingresos medios y bajos". "La vieja idea de que las enfermedades cardiovasculares sólo afectan a hombres de mediana edad, estresados y con exceso de peso de los países desarrollados ya no es válida", sentencia Robert Beaglehole, director del Departamento de Enfermedades Crónicas y Promoción de la Salud de la OMS.
Esta organización acaba de publicar el Atlas de Cardiopatías y Accidentes Cardiovasculares, un estudio con información actualizada y detallada por países que se ha concebido como un instrumento de sensibilización que ayude a promover medidas preventivas contra esta epidemia mundial desde los gobiernos y organizaciones de salud. En esta edición, el atlas destaca el riesgo que entraña para los niños y adolescentes la adopción "a edades cada vez más tempranas" de hábitos no saludables, como la obesidad, el sedentarismo o el tabaquismo.
Según la OMS, las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares causan la muerte de unos 17 millones de personas al año, lo que representa casi una tercera parte de las defunciones mundiales. En 2020, según se advierte en el citado atlas, estas patologías constituirán la principal causa de defunción y discapacidad en el mundo.
Las organizaciones han dado un toque de alerta a los gobiernos por "no hacer lo suficiente para prevenir las enfermedades cardiovasculares en niños y adultos, cuando dichos trastornos matan cada año a 17 millones de personas en todo el planeta, denuncia la asociación.
"Los gobiernos desatienden totalmente una crisis de salud pública que, sin embargo, es perfectamente evitable y que puede costar muy cara a nuestros servicios sanitarios", destaca Janet Voute, presidenta de la Federación Mundial del Corazón. Judith Mackay, coautora del atlas, agrega que la reducción de las defunciones por cardiopatías se logrará sobre todo "con la prevención, y no simplemente con medidas curativas".
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