El Gobierno iraquí admite el robo de 400 toneladas de un potente explosivo
Kerry advierte de que el material puede utilizarse como detonante de armas nucleares
Las instalaciones de Al Qaqaa, a unos 50 kilómetros al sur de Bagdad, estaban supuestamente bajo control de los militares estadounidenses, pero en realidad son una especie de tierra de nadie asaltada una y otra vez por los saqueadores, la última de ellas el pasado domingo. Durante años, los inspectores de Naciones Unidas controlaron el lugar; sin embargo, los estadounidenses tienen conocimiento de que los explosivos desaparecieron después de la invasión de Irak, acaecida el año pasado. Los inspectores ya no tenían acceso al lugar. El robo ha sido confirmado por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
"Se trata de uno de los graves errores cometidos por la Administración de Bush", subrayó el candidato demócrata a la presidencia demócrata, John Kerry, quien acusó al presidente de hacer gala de una "increíble incompetencia". "Después de haber sido advertido del peligro que representaban estas importantes cantidades de explosivos en Irak, este presidente no ha logrado hacerlas vigilar".
El mes pasado, la consejera de seguridad nacional de Bush, Condoleezza Rice, fue informada del asunto, aunque no está claro si también fue informado el presidente de EE UU. La CIA ha ordenado a una fuerza especial encargada de la búsqueda de armas no convencionales que localice los explosivos. Los expertos estadounidenses temen que los explosivos sean utilizados en grandes ataques contra las fuerzas de EE UU o las tropas iraquíes. El entorno de la candidatura de Kerry asegura que se trata "del error más grave y catastrófico de una serie trágica de fallos en Irak".
La bomba que en 1988 hizo estallar sobre Lockerbie (Escocia) un avión de pasajeros estadounidense contenía menos de medio kilo del explosivo que ahora ha desaparecido por toneladas. También ha sido utilizado en atentados con bomba en Arabia Saudí y Rusia. Los componentes sirven para fabricar explosivos plásticos, utilizados en coches bomba en Bagdad. Además, el mismo explosivo puede servir para armar una bomba atómica, razón por la cual los inspectores de la ONU tenían la sustancia bajo control.
Programa nuclear
La base de Al Qaqaa era bien conocida por las autoridades internacionales. Allí Sadam Husein había fabricado cabezas de misiles convencionales y allí a comienzos de los años noventa Naciones Unidas desmanteló el incipiente programa nuclear iraquí.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), por boca de su director, Mohamed el Baradei, había denunciado a principios de octubre la desaparición en Irak de numeroso material que podía ser susceptible de ser utilizado con fines civiles o militares. El Baradei hizo esta denuncia en una carta dirigida al Consejo de Seguridad de la ONU.
Mientras, en Bagdad, centenares de minusválidos que se benefician de la acción de la organización humanitaria Care International se manifestaron ayer exigiendo la liberación de la rehén británica Margaret Hassan, secuestrada el pasado 19 de octubre en la capital iraquí. "Nadie debe responder por las faltas de otro. Margaret no es el Gobierno británico", señalaba una de las pancartas en respuesta a la exigencia de los secuestradores de que las tropas británicas deben retirarse de Irak a cambio de la vida de la cooperante. Hassan llevaba más de 30 años instalada en Irak.
Por otra parte, un soldado estonio murió y otros cinco militares de la misma nacionalidad resultaron heridos cuando una bomba colocada al borde de una carretera explotó al paso de su vehículo en Bagdad, según confirmaron fuentes militares estonias. Se trata del segundo militar estonio muerto de una fuerza militar que en total cuenta con 45 hombres.
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