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La Corte Penal Internacional, "embrión de la justicia global"

En un mundo globalizado, la justicia tiende también hacia la mundialización de sus preceptos. Ésta es la tesis de Sylvie Steiner (São Paulo, 1953), una de los 18 jueces al frente de la Corte Penal Internacional (CPI), el primer tribunal permanente instituido para perseguir los crímenes de lesa humanidad, de genocidio y los crímenes de guerra. No obstante, el CPI, que echó a andar en 2003, tiene ante sí un importante obstáculo, y es que actualmente menos de un centenar de países se han adherido a él. La cuestión no es baladí, porque carece del apoyo de poderosos países como Estados Unidos, Rusia, China o India, que suman entre ellos más de la mitad de la población mundial.

Pero Steiner tiene paciencia: "Estamos dando los primeros pasos y es lógico que hayan países que quieran esperar un poco y cerciorarse, por ejemplo, de que el tribunal es independiente e imparcial. Hay países que ya están modificando su postura inicial de rechazo, porque el mundo va hacia una organización jurídica universal", afirma.

La Corte es consciente de que cuenta con el respaldo de la UE y la frontal oposición del actual Gobierno de Estados Unidos. El anterior presidente Bill Clinton firmó los estatutos, pero una de las primeras decisiones de George W. Bush en cuanto ganó las elecciones fue retirar este apoyo. Y es que el CPI, como "embrión de una justicia global", como lo define Steiner, está obligando a los Estados a modificar sus legislaciones.

Definición de terrorismo

Sin embargo, Steiner, que visitó Barcelona el pasado septiembre, reconoce que, al menos de momento, la corte no puede luchar contra el terrorismo. "En derecho penal se necesita que los delitos o crímenes sean perfectamente definidos o descritos, y el estatuto del CPI de momento no contiene la previsión de crímenes de terrorismo. Hubo una discusión en la Conferencia de Roma -de donde surgieron los estatutos del CPI en julio de 2002- sobre la inclusión de crímenes de terrorismo, pero debido a la dificultad de definir qué es terrorismo o quiénes son los terroristas en este momento de la historia, se postergó para un momento futuro la inclusión de este tipo de crímenes entre las competencias de la corte", explica.

No obstante, la juez revela que el CPI sí tiene competencias para juzgar los crímenes sexuales, que podrán tipificarse incluso como forma de genocidio. "Hay precedentes de la jurisprudencia del Tribunal Internacional de Ruanda y el Tribunal Internacional de la ex Yugoslavia. Allí se comprobó que muchas mujeres, después de sufrir algún tipo de violencia sexual, eran expulsadas de sus comunidades, lo que es una forma de acabar con el grupo étnico: si no hay mujeres para procrear, el grupo puede desaparecer, lo que es una forma de genocidio", advierte.

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