Bono devolverá a Rusia una cruz ortodoxa que se llevó la División Azul

El ministro de Defensa, José Bono, viajará el próximo noviembre a Rusia para devolver una cruz ortodoxa que los soldados de la División Azul se llevaron a España, según informaron ayer fuentes de ese departamento.

La cruz, que en la actualidad se encuentra en la Academia de Ingenieros del Ejército de Tierra en Hoyo de Manzanares (Madrid) fue trasladada a España por artilleros de la División Azul, que participaron con las tropas de Hitler en el frente ruso durante la II Guerra Mundial. El ministro de Defensa se la devolverá a su homólogo ruso, Sergei Ivanov, en una visita que realizará en noviembre. Defensa ha encargado una réplica, que quedará en la Academia de Ingenieros. La cruz ortodoxa, de cobre dorado y rematada por una paloma, coronaba la cúpula central de la catedral de Santa Sofía de Nóvgorod, un templo del siglo XI.

Aznar viaja a Moscú

Por otra parte, el ex presidente del Gobierno José María Aznar ha iniciado un viaje a Rusia para mantener reuniones de carácter académico y una entrevista, mañana, en el Kremlin con el presidente Vladimir Putin. Aznar viaja a Rusia en su condición de presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES). Su entrevista con Putin responde a una invitación del presidente ruso, según fuentes de la FAES.

La conversación entre Aznar y Putin es de carácter estrictamente privado, por lo que no ha sido difundida la relación de los asuntos que abordarán. No obstante, es previsible que conversen sobre la situación en Irak y la lucha contra el terrorismo. Estas han sido dos cuestiones centrales en las últimas conversaciones que han mantenido por teléfono y cara a cara, según Efe.

Putin llamó a José María Aznar para expresarle su solidaridad tras los atentados de Madrid del pasado 11 de marzo. Por su parte, el ex jefe del Ejecutivo tildó, el pasado 16 de septiembre, de "irresponsable" decir que Putin debería haber negociado con los terroristas chechenos que asaltaron un colegio de Beslán. En la intervención para liberar a los secuestrados murieron unas 350 personas.