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Reportaje:

Antiguos alumnos, jóvenes profesores

Un programa ofrece clases de apoyo a niños de primaria inmigrantes impartidas por estudiantes de instituto

Mar Padilla

El índice de fracaso escolar en la ciudad de Barcelona ronda el 20%, lo que supone que uno de cada cinco alumnos finaliza su periodo obligatorio en la escuela sin haber conseguido el título de la educación secundaria obligatoria. El Ayuntamiento ha decidido reducir este porcentaje a la mitad para el año 2010, y ha puesto en marcha el proyecto Éxit, que ofrece clases de refuerzo a escolares con dificultades; estas clases las imparten ex alumnos de los centros. La iniciativa, que empezó su andadura a modo de prueba piloto en el curso 2001-2002, ya funciona en siete de los diez distritos de la ciudad y refuerza la coordinación entre los centros de primaria y los institutos del territorio, que trabajan conjuntamente en la prevención del fracaso escolar.

Uno de los institutos donde se desarrolla el proyecto Éxit es el Flos i Calcat, en el distrito de Nou Barris, donde en los últimos años ha aumentado de forma sustantiva el número de alumnado de procedencia inmigrante. En esta zona de Barcelona, muchos de los nuevos escolares inscritos al proyecto proceden de países como Ecuador, China o Perú. Para el alcalde de Barcelona, Joan Clos, el programa funciona porque "se crea una relación especial entre estudiantes y sus tutores de refuerzo, ya que estos últimos son en realidad buenos estudiantes de los últimos cursos de secundaria, de bachillerato o ex alumnos, lo que los transforma en un referente para los más pequeños".

El hábito de estudio

Los responsables de Éxit han comprobado que, con la presencia de estos ex estudiantes que conocen perfectamente el funcionamiento de los centros y el barrio, las clases de repaso facilitan el aprendizaje de los hábitos de estudio y la cohesión social porque se desenvuelven de forma diferente a las clases habituales, y el ambiente es más distendido y cómplice. De igual a igual.

"La iniciativa es importante, porque transmite a familias y alumnos de procedencia inmigrante el sentimiento de que no están solos, sino que están protegidos por la sociedad a la que llegan. Hay que pensar que muchos niños llegan con carencias escolares, por lo que necesitan una atención especial", explicó Andreu Varela, director del Flos i Calcat. El proyecto se pone en marcha en los centros de primaria, donde los tutores detectan a los alumnos con mayores dificultades de aprendizaje, muchos de los cuales son niños o jóvenes que se acaban de incorporar al sistema educativo con el curso ya empezado, nada más llegar de sus países. Las deficiencias, por tanto, se centran en las asignaturas instrumentales, como la lengua española o la catalana y, en ocasiones, en matemáticas. Profesores de estos centros de primaria acuden entonces a institutos cercanos para captar alumnos y ex alumnos interesados en ofrecerles clases fuera del horario lectivo.

Mounir el Baqqali, ex alumno de un instituto de la zona y monitor de una de las clases de refuerzo, explica que él es el primero en aprender de la relación que se crea con sus estudiantes más jóvenes. "Al principio es complicado porque no te conocen, pero después, poco a poco, te van cogiendo confianza, te van preguntando y al final te ven más como un amigo", explica El Baqqali, quien, cuando está dando clases, a veces se acuerda de cuando él mismo tenía la edad del pequeño: "Pienso que a mí también me hubiera gustado tener un apoyo así". Ana Ustinova tiene menos de 20 años y es estudiante de Filología Inglesa, pero también ejerce de tutora en el proyecto Éxit a razón de 15 euros por hora y media de tutoría. "Estas clases me ayudan también a preparar mis propios estudios, pero es que además me gusta mucho y me lo paso bien".

En la actualidad, del proyecto Éxit se benefician unos 700 estudiantes de primaria y secundaria de unos setenta centros de ambas etapas y en total participan en él casi 200 profesores y un centenar de ex alumnos.

Para Nacho García, director del proyecto, las claves de su buen funcionamiento residen "en la complicidad entre las administraciones educativas; la coordinación de esfuerzos entre escuelas, institutos y familias, y la confianza en la tarea de todos, especialmente en la de los tutores, los ex alumnos, a los que llamamos los amigos mayores".

"He hecho los deberes"

Josep Ventolá, que ha ejercido de director en el instituto Antoni Puigvert, uno de los centros donde se ha desarrollado este proyecto, señala que "la escuela es un elemento igualador, pero unos fracasan y otros no, y la diferencia es lo que está detrás: unos tienen a los padres que les persiguen para que hagan los deberes, y otros eso no lo tienen. Este pequeño cambio es muy importante: que lleguen aquí y levanten la mano y digan: 'Yo también tengo hechos los deberes', eso ya es extraordinario".

Desde el Instituto Municipal de Educación de Barcelona (IMEB), de donde surgió la iniciativa con el soporte del departamento de Educación de la Generalitat, avanzan que un segundo paso del proyecto, después del trabajo de puente entre la primaria y la secundaria, será la labor de refuerzo en cuarto de secundaria, "para ayudar a dar el salto al bachillerato y a la universidad". Esta nueva fase se desarrollará fuera del ámbito escolar, en los equipamientos municipales del barrio. "Lo que queremos, en definitiva, es conseguir una escolarización normalizada para todos a través de una actuación común entre la escuela, la familia y los equipamientos del territorio", concluye un portavoz del IMEB.

Una ex alumna da clase de repaso a una nueva estudiante.
Una ex alumna da clase de repaso a una nueva estudiante.CARLES RIBAS

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Sobre la firma

Mar Padilla
Periodista. Del barrio montañoso del Guinardó, de Barcelona. Estudios de Historia y Antropología. Muchos años trabajando en Médicos Sin Fronteras. Antes tuvo dos bandas de punk-rock y también fue dj. Autora del libro de no ficción 'Asalto al Banco Central’ (Libros del KO, 2023).

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