Moratinos reconoce las dificultades para retocar el 'plan Baker' sobre el Sáhara
El ministro de Exteriores conversó en Tánger durante 45 minutos con el rey Mohamed VI
El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, afirmó ayer que algunos países, que no citó, son reticentes a retocar el plan Baker y confirmó que sigue empeñado en lograr que el Consejo de Seguridad de la ONU amplíe a fin de mes el margen de maniobra del emisario de Kofi Annan para el Sáhara, el peruano Álvaro de Soto, si bien reconoció que no va a ser fácil. El jefe de la diplomacia española fue recibido al mediodía por el rey Mohamed VI, con el que mantuvo una entrevista de 45 minutos.
Moratinos concluyó ayer su primer viaje oficial como ministro a Marruecos. Cenó el martes por la noche con su homólogo marroquí, Mohamed Benaissa, en su ciudad natal, Arcila, y ayer a las 13.10 fue recibido por el rey Mohamed VI en su residencia de Cabo Espartel, un lugar paradisíaco sobre el mar, a diez kilómetros de Tánger. El ministro anhelaba esa conversación porque quería exponer al monarca algunas iniciativas de la diplomacia española, sobre todo en lo concerniente al Sáhara, y sondearle sobre su disposición a hacer concesiones en aras a alcanzar un acuerdo.
De todo esto apenas dio cuenta Moratinos en la conferencia de prensa que protagonizó, en solitario, tras la audiencia real. Su anfitrión, Benaissa, no compareció a su lado ante los periodistas, si bien regresó a su lado para compartir mesa con él en la soleada terraza de un hotel de lujo frente al mar.
Una y otra vez, Moratinos resaltó el "relanzamiento profundo y estratégico" de la relación bilateral que supondrá el viaje de los Reyes de España a Marruecos el próximo enero. "Será la primera visita de Estado después de la de 1979", añadió. En 1991, los Reyes y el presidente del Gobierno hicieron, sin embargo, un gesto sin precedentes al desplazarse, por primera vez, simultáneamente fuera de España. Asistieron en Rabat a la firma del Tratado de Amistad y Cooperación Hispano-marroquí.
Moratinos ratificó lo que en agosto reveló él mismo, en Arcila, y el mes pasado reiteró en el Senado: se esfuerza por que el Consejo de Seguridad otorgue un mayor margen de maniobra a Álvaro de Soto, representante del secretario general de la ONU, para que éste pueda hacer retoques al plan Baker que lo hagan aceptable para Rabat.
"Puedo confirmar que estamos trabajando con todas las partes, incluidas Francia y EE UU", declaró el ministro. La resolución en preparación debe "confirmar el legado de las anteriores, pero también dar suficiente capacidad de actuación para que pueda propiciar un acercamiento entre las partes" enfrentadas en el Sáhara.
"No va a ser fácil"
"No va a ser fácil", reconoció el ministro, porque "hay países que prefieren una resolución más técnica", que mantenga la validez del plan Baker y se limite a prorrogar el mandato de los cascos azules desplegados en el Sáhara y encargados de velar por el respeto del alto el fuego. Moratinos rehusó citar a los países reticentes pero, según fuentes diplomáticas, uno de ellos es EE UU, que ve con malos ojos cualquier iniciativa hispano-francesa.
El máximo órgano de la ONU aprobó hace 15 meses el plan para el Sáhara del norteamericano James Baker, el predecesor de Álvaro de Soto. Hace seis meses le dio un nuevo espaldarazo. Argelia y el Frente Polisario lo aceptaron, pero Marruecos persiste en su rechazo porque incluye un referéndum de autodeterminación tras un periodo de autonomía de entre cuatro y cinco años.
Ahora, Moratinos desea que De Soto pueda introducir en el plan modificaciones que estimulen a Marruecos a cambiar de actitud. Rabat desea que el referéndum sirva sólo para confirmar la aceptación por la población del Sáhara de un régimen de autonomía. "No hemos entrado a definir el tipo de referéndum", respondió el ministro echando balones fuera sobre el contenido de la consulta. Este nuevo enfoque español disgusta a Argelia y al Polisario.
La dimisión de Baker, en junio, y el reconocimiento por Suráfrica de la República Saharaui, una entidad creada por el Polisario, han encrespado los ánimos en el Magreb. Argel y Rabat polemizan con virulencia, y algunos diplomáticos sostienen que la nueva orientación de España ha contribuido también a agudizar la tensión entre los dos pesos pesados del Magreb.
"Rechazo que con el compromiso más activo de España hayamos sido los causantes de esta situación", afirmó Moratinos, quien restó importancia a la tensión. "No hay que exagerar la crispación. Aquí, el mensaje que he recibido [por parte del rey Mohamed VI] es un mensaje de voluntad de diálogo con Argelia".
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