Un hombre incumple el alejamiento y mata a palos a su ex mujer en Córdoba

Alfonsa Mohedano Romero, de 35 años, murió ayer en el hospital Reina Sofía de Córdoba como consecuencia de las lesiones en la cabeza que le produjo con un palo su ex esposo, Pedro C. J., de 39 años, de quien estaba separada desde julio. La agresión ocurrió el jueves por la noche en una plaza del municipio cordobés de La Victoria (1.750 habitantes). El supuesto autor del ataque esperó a la víctima frente a su casa, la golpeó con un palo hasta destrozarle el cráneo y huyó campo a través. Pedro C. J., que contaba con una orden de alejamiento, fue detenido anoche en un solar.

Pedro C. J., siempre según la Guardia Civil, se acercó por la espalda y, con un grueso palo, golpeó a la mujer en la cabeza. La víctima cayó al suelo y el hombre volvió a golpearle hasta que le destrozó el cráneo. Los agentes encontraron en el lugar de los hechos, la plaza de la Constitución, el palo ensangrentado y una pequeña hacha que el asesino no llegó a usar. Alfonsa Mohedano, con una hija de 12 años, falleció a las 11.00 de ayer como consecuencia del grave traumatismo craneoencefálico sufrido.

Tras la agresión, Pedro C. J., sobre el que pesaba una orden de alejamiento, salió huyendo hacia unos olivares. La Guardia Civil estableció un dispositivo durante toda la noche del jueves para localizarlo. Ayer, ampliaron el operativo. Finalmente, según informó el alcalde de La Victoria, José Abad, fue detenido a las 19.30 en un solar de una calle céntrica de este pueblo, donde se escondió tras apalear a su ex esposa. Pedro C.J., quien no ofreció resistencia, fue trasladado a los Juzgados de Montilla (Córdoba).

El hermano de la víctima, Juan Mohedano, afirmó ayer que Pedro quería llamar la atención de Alfonsa para que volviese con él. "Si tú no eres mía, no lo serás de nadie". Juan contó ayer en el hospital cómo su cuñado había amenazado a su hermana en otras ocasiones. Pero no esperaba que, al final, cumpliera sus palabras.

Ésta no es la única tragedia que ha sufrido la familia Mohedano. En julio del año pasado, otra hija del matrimonio falleció en el cortijo donde vivía la pareja. Estaban haciendo unas obras y una pala de un tractor cayó sobre la niña.

Sobre Pedro C. J. pesaba una orden de alejamiento dictada por el Juzgado de Instrucción Número 2 de Montilla "por malos tratos en el ámbito familiar", según fuentes de la Guardia Civil.

El hermano de la víctima contó que no sirvió para nada esta orden, que el agresor siguió amenazándola y molestándola. Juan Mohedano afirmó que incluso un cabo del cuartel de la Guardia Civil del municipio acudió en una ocasión al domicilio de Alfonsa para pedirle que perdonara a su marido. "No hay justicia, las órdenes de alejamiento no sirven para nada, no las cumplen", dijo ayer Juan Mohedano.

El presidente de la Asociación de Abogados Progresistas de Andalucía, José Luis Escañuela, también duda de la efectividad de este tipo de medidas: "Aunque se dicte una orden de alejamiento, no existen suficientes policías para controlar que se cumplen. Al dictarlas, se confía en que el individuo se asuste, pero muchas veces no surten efecto". Escañuela explicó que el legislador era consciente de la eficacia limitada de este tipo de medidas y que, por eso, en la última modificación del Código Penal, se incluyó la posibilidad de que los jueces dictaran prisión preventiva contra los sujetos que incumplieran la orden de alejamiento. "Pero para que esa medida se tome es necesario que la víctima denuncie al individuo", afirmó el presidente de la Asociación de Abogados Progresistas de Andalucía.