La colección del Petit Palais enseña las figuras de la Francia moderna

El Museo del Petit Palais, de París, volverá a abrir sus puertas el año que viene tras una rehabilitación del edificio y una ampliación de las salas de exposiciones temporales. De sus colecciones, con 50.000 piezas, desde la antigüedad al siglo XX, se ha formado la exposición Figuras de la Francia moderna, de Ingres a Toulouse-Lautrec, que hoy se inaugura en la Fundación Juan March, de Madrid (Castelló, 77).

La Fundación Juan March (www.march.es) ha aprovechado los tres años de cierre del Petit Palais por reforma para seleccionar 36 pinturas y tres esculturas y formar la exposición Figuras de la Francia moderna para seguir los movimientos artísticos del siglo XIX hasta desembocar en las primeras vanguardias históricas de comienzos del XX. Cuadros de Ingres, Delacroix, Courbet, Corot, Sisley, Manet, Gauguin, Bonnard, Fantin-Latour, Toulouse-Lautrec, Puvis de Chavannes y esculturas de Rodin y Camille Claudel establecen recorridos desde el naturalismo y el realismo al impresionismo, simbolismo y fauvismo. Hay un cruce de miradas y artistas con otras exposiciones que coinciden en Madrid en torno al siglo XIX, como la de Gauguin y el simbolismo (Museo Thyssen y Fundación Caja de Madrid) y los prerrafaelitas y el paisaje (Fundación la Caixa).

Algunos de los cuadros (Courbet, Corot) de Figuras de la Francia moderna se han visto en otros montajes de Barcelona y Bilbao, que también han entrado en los fondos del Petit Palais, formados por donaciones desde su formación en 1905 tras celebrarse en el edificio la Exposición Universal de 1900. Una de sus grandes colecciones es la de arte francés de finales del siglo XIX y comienzos del XX, poco conocida por los limitados espacios para exposiciones.

El montaje que se presenta en Madrid (hasta el 16 de enero) se centra en la representación de la figura humana, a través de retratos de sociedad, desnudos, retratos íntimos o psicológicos. "La figura es un género clásico y refleja el bien hacer en la pintura. Además de ser unas pinturas gozosas es un tema recurrente en el siglo XIX", declaró ayer José Capa, director de exposiciones de la Fundación Juan March. Añade que la muestra sigue una línea ya habitual en la institución de rastrear la modernidad en el arte, los movimientos de vanguardia en las primeras décadas del siglo XX y los conocidos como clásicos modernos.

El montaje, que abarca obras desde 1814 a 1920, cuando la pintura entra en colisión con la fotografía, comienza con dos cuadros de Ingres y un óleo de Delacroix. Capa opina que establecen dos líneas vitales en el siglo XIX, con la pintura elaborada, la línea y el color, "la proporción supertécnica", de Ingres, y el sentimiento, el gesto, la expresión romántica, sin dibujos preparatorios, de Delacroix. De los dos artistas observa huellas en La adoración de los Reyes, de Théodore Chassériau.

Los movimientos se suceden a lo largo del siglo en los distintos retratos de Baron Antoine-Jean Gros, Louis-Léopold Boilly y las cuatro piezas de Gustave Courbet. En otro espacio, el pequeño cuadro de Marietta, llamada la Odalisca romana, de Corot, está situado frente a otros de Daumier, Millet, Carpeaux, Manet (retrato de Théodore Duret, que conoció en su viaje a Madrid y le enseñó Toledo y El Greco), Sisley, Cassati y Renoir, entre otros. Se han instalado una cabeza y un torso de Rodin y un busto de Camille Claudel, entre otros cuadros de Gauguin, Renoir, Puvis de Chavannes, Redon, Maillol (Dos desnudos en un paisaje se expone con la otra cara también pintada), Denis, Desvallières, Aman-Jean, Boutet de Monvel, Bonnard (tres cuadros) y Toulouse-Lautrec (dos obras).

El catálogo incluye textos de Gilles Chazal, director del Petit Palais, sobre las colecciones del museo, y Delfín Rodríguez sobre la pintura francesa de la modernidad, y se han programado ciclos de música francesa y sobre arte.