Liberadas las dos cooperantes italianas tras 21 días de cautiverio en Irak
Italia y EE UU llegaron a planear una operación militar para rescatar a las rehenes
Simona Torretta y Simona Pari fueron liberadas ayer por sus secuestradores y regresaron de inmediato a Roma, sonrientes y con buen aspecto. "Estamos bien", dijeron. Las dos cooperantes italianas, cubiertas con un velo negro, fueron entregadas a media tarde en una calle de Bagdad al presidente de la Cruz Roja italiana, Maurizio Scelli. El presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, afirmó que el lugar donde permanecieron retenidas había sido localizado días atrás y que se había estudiado una operación militar para rescatarlas, descartada por el "riesgo excesivo".
También quedaron libres los iraquíes Mahnaz Bassan y Rael Alí Abdul Aziz, con los que compartieron 21 días de cautividad. Las circunstancias de la liberación, que provocó júbilo en Italia, permanecían confusas anoche, aunque distintas fuentes hablaban del pago de un rescate económico. Sólo se conocía bien el episodio final: a las 19.05, hora iraquí (17.05 en Italia), Torretta y Pari, ambas de 29 años, fueron recibidas cerca de una mezquita de Bagdad por Maurizio Scelli, que había partido de Roma horas antes en un avión especial para hacerse cargo de las dos mujeres. Hasta el encuentro en la calle, "las dos Simonas" fueron acompañadas por dos intermediarios iraquíes.
Los dos ciudadanos iraquíes, Bassan y Abdul Aziz, fueron puestos en libertad con menos ceremonias: se les indicó que podían irse y cada uno de ellos tomó un taxi y se marchó a casa. Bassan, la mujer, explicó que siempre estuvieron en habitaciones separadas y sin poder ver el rostro de los secuestradores. "El trato fue muy bueno y la comida también, yo he engordado un kilo", comentó Mahnaz Bassan, empleada local de la ONG Intersos. Abdul Aziz, por su parte, corroboró que les trataron bien y añadió que los secuestradores, que le parecieron "muy religiosos e iraquíes sin ninguna duda", le habían asegurado que su destino dependía del de las italianas: "Me dijeron que si ellas morían, yo moría, y que si vivían, yo vivía".
Quedaban muchos detalles por conocer. El diario Corriere della Sera publicó ayer mismo que un satélite del espionaje estadounidense había logrado captar la voz de una de las "dos Simonas" y se disponía, por tanto, de información sobre su paradero. Otro diario, el kuwaití Al Rai Al Aam, había anunciado también ayer que el desenlace positivo del secuestro era "inminente" porque había sido ya pagada la mitad de un rescate de un millón de dólares. El director del periódico aseguró que Pari y Torretta pudieron irse en cuando el grupo cobró los 500.000 dólares restantes. El Ministerio del Interior italiano se limitó a negar que hubiese habido "concesiones políticas" y prefirió no hablar de pagos "por discreción y por no perjudicar a los mediadores".
La cadena de televisión árabe Al Yazira fue la primera en informar sobre la liberación y emitió imágenes de los primeros momentos de libertad de las jóvenes italianas secuestradas en la capital iraquí el pasado día 7 en la sede de la ONG Puente a Bagdad por un grupo paramilitar definido por testigos presenciales como "eficiente y muy disciplinado". El comportamiento de los secuestradores hizo pensar que podía tratarse de antiguos miembros del Ejército de Sadam Husein o incluso de policías en ejercicio. El grupo buscaba a "las dos Simonas" y, al parecer, estaba bien informado sobre la disposición interna de la casa que alojaba a la ONG.
Silvio Berlusconi compareció ante la Cámara de Diputados y ante el Senado en cuanto se hizo pública la noticia para ofrecer explicaciones sobre algunos de los aspectos del caso. Dijo que durante las tres semanas de secuestro se habían abierto "16 vías distintas de negociación" y calificó de "fundamental" el apoyo de los Gobiernos de Oriente Próximo, "en especial el de Jordania", cuyo monarca, el rey Abdalá, se encontraba ayer en Roma. El presidente del Gobierno italiano subrayó también el papel de la Cruz Roja en las gestiones realizadas en Bagdad y dio las gracias a la oposición "por haber mantenido la unidad del país en una situación difícil".
"Es como nacer por segunda vez", dijo, entre lágrimas, la madre de Torretta. La policía tuvo que colocar vallas en torno a la residencia de la familia Torretta, en el barrio romano de Cinecittá, porque una multitud jubilosa había bloqueado los accesos. Luciano y Donatella, los padres de Simona Pari, se asomaron al balcón de su casa en Rimini y saludaron a la gente que se aglomeraba en la calle.
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