Las políticas urbanas en España
A lo largo de esta semana me corresponde el honor de presidir, conjuntamente con el ministro de las Ciudades de Brasil, el segundo Foro Urbano Mundial organizado por el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, que se desarrolla en el magnífico marco del Fórum.
El foro, cuyo tema central es Las Ciudades: ¿encrucijadas de culturas, inclusión e integración?, plantea los problemas que tienen una relación más directa con los asentamientos humanos -es decir, con las ciudades en su sentido más amplio- como son el acceso a la tierra y a la vivienda, la pobreza urbana, el deterioro del medio ambiente o la exclusión social, entre otros. Constituye una iniciativa global dirigida a enfrentar los retos del nuevo milenio en materia de asentamientos humanos y es, por tanto, una ocasión inmejorable para reflexionar sobre el alcance, los objetivos y las medidas más idóneas de las políticas urbanas. En un mundo en creciente y acelerado proceso de urbanización, las ciudades constituyen hoy el complejo escenario de las políticas dirigidas a facilitar el acceso a la vivienda, a los servicios y equipamientos públicos esenciales y a un medio ambiente adecuado para el desarrollo de las personas, cualquiera que sea su posición social.
El desarrollo sostenible de nuestras ciudades es uno de los retos fundamentales en este siglo recién comenzado, reto que sin duda es parte y complemento del objetivo 7 de la Declaración del Milenio. El futuro medioambiental del planeta está ligado a la gestión de nuestras ciudades. Sin un desarrollo urbano sostenible y adecuadamente ordenado por los poderes públicos, no será posible erradicar la pobreza, facilitar a todas las familias e individuos el acceso a la vivienda, a la educación y a los equipamientos y servicios públicos básicos.
Sólo de esta manera, los individuos podrán ser y sentirse auténticos ciudadanos en el sentido más rico del término, es decir, personas que disfrutan de su dignidad y del ejercicio de los derechos que le son inherentes en un medio adecuado. Por ello, los temas que van a tratarse son de la mayor importancia para el futuro de todos y, especialmente, de los más desfavorecidos.
No creamos que muchos de los problemas que aquí van a tratarse no afectan a nuestro país. España ha experimentado un proceso masivo y acelerado de urbanización en el siglo pasado cuya sostenibilidad en el futuro debemos plantearnos. La planificación de nuestras ciudades debe incorporar los objetivos de calidad ambiental, eficiencia energética, previsión de riesgos mayores, accesibilidad universal y cohesión social tal y como hoy se entienden. Si a ello le añadimos la riqueza de nuestro patrimonio, que debemos conservar y revitalizar, tendremos que dedicar mayor atención a impulsar con decisión la rehabilitación de nuestras ciudades.
Hoy, además, el acceso a la vivienda constituye un grave problema para muchos de nuestros ciudadanos, especialmente para los jóvenes, con consecuencias evidentes tanto en el orden social como en el económico y requiere medidas asimismo decididas. Son éstas tareas que todos -Estado, comunidades autónomas, municipios y provincias- debemos abordar, con lealtad institucional y desde el respeto por el reparto de competencias, cada uno desde sus responsabilidades y con los medios de que dispone.
Por esta razón, precisamente, el nuevo Gobierno ha creado el Ministerio de Vivienda, que ya ha planteando nuevas políticas activas en materia de vivienda y suelo en el Plan de Medidas Urgentes dado a conocer el pasado julio, y afronta ahora reformas tan importantes como el nuevo Plan de Vivienda, la revisión de la legislación estatal del suelo y la gestión de los suelos desafectados del uso o servicio público al servicio preferentemente de las políticas de vivienda protegida y de regeneración de las ciudades, medidas todas ellas en línea con el Programa Hábitat.
La acción, en todo caso, para ser fructífera requiere información y reflexión y los poderes públicos también debemos contribuir a ellas. Por ello, desde este Ministerio vamos a participar activamente en diversas actividades del Foro, como lo estamos haciendo en otros muchos foros nacionales e internacionales de debate sobre políticas urbanas, suelo y vivienda, y vamos a impulsar el Comité Hábitat español, en el que nos reunimos con representantes autonómicos y locales, con expertos, universidades, agentes sociales y organizaciones no gubernamentales para mantener un diálogo abierto, plural y participativo.
El número y la importancia de los temas que van a tratarse en este Foro Urbano Mundial, la cualificación de los intervinientes y la previsible riqueza de los debates, aportarán sin duda ideas positivas para que las conclusiones del mismo sirvan de guía a las políticas urbanas de todos los países, y desde luego de España.
María Antonia Trujillo, ministra de la Vivienda.
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