Un centro aeroespacial potenciará la investigación en este sector
Maragall firma un protocolo con las universidades y 26 empresas
El sector aeroespacial será uno de los ejes de la industria catalana como alternativa a la crisis que atraviesan varias actividades tradicionales del tejido empresarial catalán. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, firmó ayer un protocolo con las universidades catalanas y 26 empresas del sector para poner en marcha el centro tecnológico de la aeronáutica y el espacio en un plazo máximo de cinco meses.
La instalación, que contará con una plantilla inicial de unos 25 técnicos, se ubicará en el futuro Parque Aeroespacial de Cataluña en Viladecans (Baix Llobregat). El nuevo centro tecnológico es fruto del acuerdo entre el Departamento de Trabajo e Industria, Barcelona Aeronáutica y el Espacio -una plataforma en la que figuran empresas y administraciones- y las grandes universidades catalanas, además de La Caixa, otras instituciones y 26 compañías del sector.
"Cataluña debe tener capacidad de renovación para sustituir actividades que están pasando a la reserva", dijo Maragall. El presidente del Ejecutivo tripartito aludió al sector aeroespacial como una de las grandes apuestas de futuro de la industria catalana, y describió el nuevo centro tecnológico como "una pieza básica del triángulo formado por el Gobierno, las empresas y las universidades, esencial para que el país funcione".
Maragall hizo especial hincapié en el nuevo modelo de competitividad de la industria catalana, aunque reconoció la insuficiente dotación de centros tecnológicos en comparación con otras comunidades, como el País Vasco. A renglón seguido, anunció la creación de tres nuevos centros que se unirán a los ocho actuales -entre los que figura el relativo al sector aeroespacial-, con una inversión global de 4,8 millones de euros. A esa cifra se unirán 30 millones de euros destinados a favorecer innovaciones en nuevos sectores empresariales. Básicamente, además del sector aeroespacial, el Ejecutivo tiene la intención de potenciar las energías renovables, las empresas farmacéuticas y la industria alimentaria de segunda generación.
Más esfuerzo inversor
Ni Maragall ni el titular de Trabajo e Industria, Josep Maria Rañé, detallaron la inversión concreta que se destinará al nuevo centro, aunque el presidente de la Generalitat aseguró que el esfuerzo inversor del sector público se redoblará en 2005. El Ejecutivo catalán persigue atraer inversiones del sistema de localización europeo Galileo y otras actividades relacionadas con la aeronáutica y el espacio, con el objetivo final de situar Cataluña al nivel de otros polos de atracción en Europa, como Toulouse (Francia).
El futuro centro de Viladecans supone, junto a los contratos de varias empresas catalanas para proveer el superjumbo de Airbus, el A-380, el renacimiento de la aeronáutica catalana. Este sector se desertizó tras la Guerra Civil, cuando las grandes compañías del motor de aviación -Elizalde e Hispano Suiza- pasaron a fabricar coches.
Las empresas catalanas han obtenido en los últimos 18 meses contratos valorados en más de 60 millones de euros, han generado 400 empleos de alta cualificación y una inversión inducida de 1.000 millones de euros. Entre las empresas que participan en la construcción del nuevo Airbus -que empezará a volar en 2006- destacan GTD (Barcelona), TMS Aritex Cading (Mataró), Defesa (Sabadell) y Rücker Ibérica (Martorell).
La actividad aeronáutica es el germen de un sector industrial de última generación, con más de 50 empresas y unos 800 puestos de trabajo. No obstante, la actividad es aún incipiente en Cataluña. Representa el 5% del sector en España, lejos del 60% de Madrid y del 15% del País Vasco y Andalucía.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.