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Reportaje:

Fernando VII, castigado al almacén municipal

Esther Sánchez

El monolito que soportaba un busto de Fernando VII en la plaza del pueblo de Navas del Rey apunta ahora, vacío, al cielo. En su lugar, unos carteles pegados con celo informan a los curiosos de que el Ayuntamiento ha decidido retirar la escultura. Como razón esgrime el Consistorio su deseo de evitar que la villa sea identificada con "las tendencias absolutistas y dictatoriales que caracterizaron a este rey Borbón". Mientras se decide qué poner en su lugar, la escultura espera su nuevo destino embalada en una caja, y el pueblo opina sobre la decisión municipal.

El busto de Fernando VII apareció en la plaza de Calvo Sotelo en el año 2001, tras una remodelación del entorno. El Ayuntamiento, gobernado entonces por el partido GIN (Grupo Independiente de Navas), decidió que era una buena forma de agradecer a este monarca la independencia de Navas del pueblo de San Martín de Valdeiglesias, al que pertenecía hasta principios del siglo XIX. Porque Fernando VII fue quien firmó el 22 de abril de 1819 la cédula que otorgaba a Navas de Rey la condición de villa.

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Pero, tres años después de ser colocado el busto en la plaza de la villa, con otros independientes ya en el gobierno, el ADN (Agrupación para el Desarrollo de Navas), las tornas han cambiado, y el busto ha desaparecido de su soporte de granito. El pueblo tiene en la actualidad 2.600 vecinos y ocupa 54 kilómetros cuadrados de la esquina suroeste de la región.

El alcalde, Jesús Miguel Teresa, explica que el busto se ha retirado porque habían recibido numerosas quejas de vecinos. "Realmente los que lucharon por conseguir que Navas del Rey se convirtiera en villa fueron los 58 ciudadanos que vivían aquí. Fernando VII se lo encontró todo hecho. Ellos sí que son dignos de recuerdo, personas que no tenían nada, y que se lo jugaron todo, incluso la vida", aclara a su vez el primer teniente de alcalde, Bernardo Pastor.

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La gota que colmó el vaso y que les llevó a retirar la estatua, según comenta Pastor, fue la visita de un historiador de la Comunidad de Madrid. "Mostró una gran sorpresa al ver en un lugar tan predominante del pueblo el busto de un monarca con una historia tan dudosa como la de Fernando VII", dicen.

Por eso, el alcalde consideró que había llegado el momento de tomar una decisión. Incluso un concejal llegó a plantear en un pleno anterior la pregunta de cuándo se iba a retirar. La respuesta no se hizo esperar, y el primer teniente de alcalde firmó un decreto de 2 de septiembre de 2004 en el que se ordenaba quitar el busto y guardarlo en el almacén.

El equipo de gobierno denuncia también que el anterior alcalde encargó la escultura sin consensuar con el otro partido político ni con los vecinos. "Si se hubieran seguido los pasos adecuados, ahora no tendríamos este problema", mantiene Teresa.

El regidor cree que se debería haber llevado a cabo una consulta popular. "No se trata de ir contra nadie", puntualiza, "sino de retomar lo que se tendría que haber hecho desde el principio, es decir poner de acuerdo a todas las partes implicadas".

Sin embargo, para el anterior primer edil, Mariano Parras, independiente pero con carné del PP, esta decisión municipal lo único que denota es un "desconocimiento total de la verdadera historia del pueblo". "Son unos fanáticos, sin escrúpulos, los que lo han retirado", afirma Parras. "Porque [Fernando VII] no solamente firmó la cédula, sino que se preocupó de regalar al pueblo la dehesa Boyal, y partirla en suertes para que los vecinos tuvieran algo con lo que vivir".

Parras también se defiende en cuanto a las acusaciones de que la instalación del busto fue una decisión personal a la que se llegó sin tener en cuenta a los demás. "Formaba parte del proyecto de remodelación de la plaza de Calvo Sotelo, que se llevó a cabo con cargo al Prisma [un plan del Gobierno regional para inversiones en los municipios]. Y esto lo sabían todos los concejales y se votó en un pleno", mantiene el anterior alcalde de la localidad.

Para lograr que a partir de ahora todo el pueblo esté de acuerdo en cuál será el motivo que recuerde desde el monolito la historia popular de Navas del Rey, el Ayuntamiento está organizando un concurso público de ideas.

En cuanto al busto defenestrado, el decreto que resolvió su retirada indica que "sea embalado y se proceda a su almacenamiento en las dependencias municipales destinadas a almacén".

En el mismo decreto se justifica su desaparición diciendo que ha quedado demostrado que "fue el rey más nefasto que España ha tenido y uno de los más violentos y represores con el pueblo". Fernando VII, hijo de Carlos IV y María Luisa de Parma, declaró nulas la Constitución de 1812 y las disposiciones de las Cortes de Cádiz, además de erigirse en rey absoluto.

Las características estéticas de la escultura tampoco se libran de la crítica municipal. En el decreto se especifica que el busto debe desaparecer también "por su pésimo gusto estético, que lo hacen poco aconsejable para un museo". El documento continúa diciendo que "descartada la calle o los museos, el almacén es el lugar exacto que Fernando VII ocupa en España. Un lugar amontonado, polvoriento, indeciso, un lugar sin criterio".

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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