Sólo dos patrones de pateras han sido detenidos en Motril pese a la llegada de 1.500 'sin papeles'
Policías y guardias civiles aducen falta de tiempo y medios y que los pasajeros no los delatan
La rutina es siempre la misma. Los inmigrantes interceptados frente a las costas de Granada (más de 1.500 este año) son conducidos al puerto de Motril, examinados, alimentados y, en menos de 24 horas, repatriados a Marruecos en avión. La rutina no incluye la búsqueda del patrón de la patera para ponerlo a disposición del juez y acusarlo de un delito contra los inmigrantes, penado con hasta seis años de cárcel. La policía lo devuelve junto al resto de inmigrantes sin hacer preguntas. Los agentes aducen falta de medios y tiempo, además del temor de sus pasajeros a denunciarles.
En Motril sólo han sido detenidos dos patrones este año. El discurso de la lucha contra las mafias de la inmigración ilegal se difumina al llegar a las costas andaluzas. La policía alega que con la avalancha de inmigrantes no hay tiempo para una investigación en regla y que los inmigrantes nunca delatan al patrón, que a veces es uno de ellos.
Cada puerto tiene sus horarios, sus hábitos. El puerto pesquero de Motril (50.000 habitantes, invernaderos y una costa escarpada) añadió hace un par de años el de la llegada de inmigrantes a la venta de sargos, salmonetes y pijotas al por mayor por la mañana y al por menor por la tarde. Allí, junto al puesto de Cruz Roja, el Ministerio del Interior levantó a principios de año el centro de internamiento de inmigrantes adonde cada día llegan los magrebíes interceptados en la costa de Granada. El martes pasado llegaron 100 en una noche. Las costas de Granada y Almería son el destino favorito para cruzar el Estrecho porque el litoral de Cádiz y Málaga está cubierto por el Sistema Integral de Vigilancia del Estrecho (SIVE), que detecta la salida de pateras y que en diciembre estará listo en Granada.
Teoría y práctica
José Fernández Díaz es desde hace tres meses el comisario del Cuerpo Nacional de Policía en Motril y desde entonces está pendiente del estado de la mar. No para de recibir llamadas sobre la situación del Centro de Detención de Inmigrantes en el puerto, de los horarios para repatriarlos y de posibles avistamientos de pateras ("esperemos que sea sólo una regata", responde cuando le alertan de que un pesquero cree haber visto un montón de pateras). "Teóricamente hay que abrir diligencias para buscar al patrón de la patera cuando se intercepta una embarcación, pero en la práctica es muy difícil. La prioridad es devolverlos, que no se llene el centro de internamiento porque entonces sí que tendremos problemas. Si llegan por la mañana, los devolvemos por la tarde a la frontera de Melilla y por la noche están en Alhucemas, de donde pueden volver a zarpar. Hacemos, ellos y nosotros, un círculo hasta que consiguen entrar", explica. Un agente asegura que el otro día lo saludó un inmigrante en el puerto que ya había interceptado cuatro veces. "Otros tienen más suerte", le dijo el policía.
"Si siguen viniendo es porque no cogen a muchos", asegura un vecino en el puerto cuando ve entrar en el centro de detención a unos 50 inmigrantes que vuelven de Granada. No han podido despegar por la niebla. Pasarán su primera noche en el centro de inmigrantes. En sus rostros hay desesperación. Conocen el mecanismo. En poco tiempo estarán de vuelta en Marruecos. Por ejemplo, ayer a mediodía fueron devueltos los últimos de los 103 magrebíes que llegaron el sábado.
El comisario no recuerda si este año han detenido a algún patrón. La subdelegación del Gobierno en Granada le corrige. "En 2004, el Cuerpo Nacional de Policía ha detenido a dos patrones y la Guardia Civil a ninguno", explica el subdelegado en funciones, Francisco Jiménez. La subdelegación en Almería asegura que no tiene constancia de ningún patrón detenido. "Los repatriamos muy rápido", asegura un portavoz. Almería ha recibido en 2004, más de 47 pateras, con más de 1.400 inmigrantes. Según la Secretaría de Estado de Inmigración, en 2004 han sido detenidos 116 patrones de pateras. Fuentes de este organismo aseguran desconocer la situación de Granada y Almería (al menos 105 lanchas interceptadas este año en ambas provincias) y afirman que es un tema policial.
Un guardia civil de Granada sonríe cuando se le pregunta por la detención del patero. "A veces sabemos quién es, por la forma de moverse, la seguridad en los gestos, la cara, o porque lleva mucho dinero encima, pero no podemos hacer nada porque los inmigrantes que viajan con él no lo van a delatar, no tenemos intérprete y ya nos avisan de otra patera".
La Guardia Civil intercepta la mayoría de pateras. Les toma las huellas y el nombre (verdadero o inventado) a los inmigrantes y los lleva a la policía, que los repatría. Los inmigrantes, en efecto, no suelen hablar. Saben que van a ser repatriados y que el patrón (o la organización del viaje) puede vengarse. Además suelen viajar con lo que los agentes llaman "el bonobús". Ellos han pagado un viaje (el precio oscila mucho) con derecho a varios intentos. Así que prefieren regresar a las costas del Rif y volver a embarcar antes que denunciar al patrón. Otras veces la patera la trae un inmigrante para no pagar el viaje. "¿De qué sirve detener a un inmigrante más y meterlo en la cárcel? ¿Qué ganamos con eso?", afirma el guardia.
Sin investigación
La situación no es nueva. La memoria de 2002 de la fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ya denunciaba casos en los que la repatriación se hizo antes de que la fiscalía abriese una investigación. En noviembre de 2003, una patera llegó a Motril con un cadáver a bordo y varios malheridos. Los que fueron trasladados al hospital declararon que, en una travesía horrible, habían muerto otros nueve inmigrantes y que el patrón los había tirado por la borda. Pero el patrón estaba ya con el resto en Marruecos.
El teniente fiscal del TSJA, Julio Espárrago, asegura que la fiscalía recibe la noticia de cada repatriación aunque admite que "es posible que con la cantidad de tiempo que conlleva la repatriación, la policía no pueda buscar al patrón". Un mando policial de Motril reconoce que en ocasiones los papeles de la repatriación llegan al juzgado cuando los inmigrantes están en el avión. "Si los fiscales y los jueces no están cuando se les toman las huellas es porque no quieren", asegura un guardia que prefiere no dar su nombre. Este diario intentó, sin éxito, durante tres días hablar con algún fiscal de Motril.
En la práctica, sólo se abre una investigación si hay una tragedia. La policía detuvo en octubre de 2003 al patrón de la patera en la que murieron 37 inmigrantes. La fiscalía pide para él 117 años de prisión. El 2 de agosto pasado, detuvo a los dos patrones de la patera en la que fallecieron cinco inmigrantes frente a Tarifa. Sin muertos, el círculo virtuoso del patrón, dueño de un negocio tan ilegal como impune, no se rompe.
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