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Un jefe de los mercenarios dice que conocía al detenido

Mientras las autoridades surafricanas arrestaban ayer a sir Mark Thatcher por su supuesta vinculación con el golpe de Estado abortado en marzo en Guinea Ecuatorial, en la capital, Malabo, seguía el juicio contra los supuestos autores de la intentona, 14 mercenarios, ocho surafricanos y seis armenios, y cinco cómplices ecuatoguineanos. El decimoquinto mercenario, el alemán Gerard Merz, murió en cautividad de una crisis de malaria, según la versión oficial, a consecuencia de las torturas, según sospecha Amnistía Internacional.

El que la fiscalía considera como el cabecilla del grupo, Nick du Toit, reconoció ayer haber tenido relación en julio de 2003 con el hijo de la Dama de Hierro para venderle helicópteros destinados a Sudán. Su relación se limitó a esa transacción, aseguró. Thatcher conoció a Du Toit a través de su amigo Simon Mann, ex miembro de las fuerzas especiales británicas y supuesto cerebro del golpe de Estado. Mann y otros 69 mercenarios fueron detenidos en Zimbabue en marzo cuando supuestamente se dirigían hacia Malabo, donde les esperaban Du Toit y sus hombres. El proceso contra Mann y su grupo debería reanudarse mañana en Harare.

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Desde el inicio del juicio en Guinea, el lunes, el jefe del grupo ha sido el gran protagonista de las audiencias. Con sorpresa de su abogado, Fernando Mico, que vio por primera vez a su cliente el pasado viernes y apenas ha tenido acceso al sumario, Du Toit reconoció buena parte de los cargos. "Según su versión, Simon Mann le contactó para reclutar mercenarios, organizar la compra de armas, y llevar vehículos al aeropuerto para recibir al segundo grupo", asegura el letrado.

Opositor en Madrid

Además, Du Toit exculpó a sus compañeros y a los supuestos cómplices ecuatoguineanos, entre ellos Antonio Javier Nguema Nchama, el antiguo ministro de Planificación y Desarrollo Económico. El único cargo que presentó la fiscalía contra los armenios, explica su abogado, Polciano Mbomio, es el haber embarcado en un vuelo a Zambia para cargar municiones. "Pero no han presentado ninguna prueba", afirma.

Du Toit asegura que Mann le había ofrecido un millón de dólares y la garantía de poder seguir con sus negocios en Guinea. El objetivo del golpe, según le dijo Mann a Du Toit, era instalar en el poder al opositor en el exilio en Madrid Severo Moto. Según el surafricano, el Gobierno de José María Aznar tenía conocimiento de la intentona y no se opuso. "Lo que parece extraño es que en el auto de procesamiento aparecía el nombre de Severo Moto, pero en el juicio, la fiscalía ya no le cita", explica Fernando Mico. Los abogados esperan una sentencia para la próxima semana.

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