_
_
_
_
_

Despliegue por el 'sí' en Madrid

"Se va, se va, se va", coreaba un grupo de antichavistas envueltos en banderas venezolanas cerca del consulado de su país en Madrid, donde 2.300 de sus compatriotas estaban llamados a participar en el referéndum. El ánimo general, monopolizado por los partidarios del sí, oscilaba entre la indignación y el júbilo patriótico. Autobuses llegados de lugares como Valencia o Málaga, pitidos de claxon, alguna pancarta y todos los accesorios imaginables en rojo, amarillo y azul -niños y perros incluidos- rodeaban ayer la sede diplomática.

Unas 1.500 personas se congregaban allí a mediodía, entre electores que esperaban hasta tres horas de cola bajo el intenso calor, familiares, acompañantes y numerosos voluntarios de la oposición que recogían las denuncias airadas de aquellos a los que no se había permitido votar.

Algunos no supieron hasta el último momento que no aparecían en el censo. Otros muchos acudieron a las urnas pese a no haberse podido inscribir, siguiendo las consignas de las plataformas opositoras, en un intento de desafiar la exigencia de residencia legal para votar desde el exterior. Los resguardos de quienes acaban de obtener su permiso tampoco fueron aceptados.

Lo caldeado del ambiente no acarreó incidentes, más allá de alguna lipotimia y el enfrentamiento verbal de varios opositores con la cónsul. Al cierre de las tres mesas había depositadas 1.360 papeletas.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_